Llegó en enero, y desde entonces hemos tenido ganas de probar la nueva propuesta del chef mexicano del momento: Lucho Martínez. Tras éxitos como Em, Martínez (justo enfrente de Ultramarinos) o incluso un café en forma del clásico puesto de lámina que Dua Lipa no pudo dejar de visitar en su último viaje a CDMX; Lalo ahora se aventura al mundo de mariscos para traernos las joyas de las profundidades del mar en una atmósfera como pocas.
Espero que pronto tengas una ocasión especial como excusa para visitar el nuevo hotspot. Una barra con los ingredientes más frescos, paredes de mosaicos verdes y una playlist con canciones como “Me hace daño verte”… qué delicia. Pero, ¿qué vale la pena pedir? ¿y a qué costo?
Ultramarinos Demar: ¿sobrevive al hype?
La respuesta concreta es sí. Y es que no sólo se trata de un lugar instagrameable en la Roma Norte, confirmamos que la cocina satisface hasta los paladares más exigentes.
Como una experiencia ideal para una ocasión especial con amigos —porque el ticket promedio sí es de $1,000 por persona— esta esquina memorable se quedará en tu lista de top lugares de cocina de mar.
El diseño, con toques de nostalgia, se inspira en un cachito del México de antaño. Y es que, “ultramarinos” eran esas tiendas de abarrotes que vendían por lo general productos importados del ultramar: “tienda de comestibles”, “pulpería”, “abasto”, “almacén”, “bodega” o “colmado”, es un establecimiento o tienda comercial que vende diversos productos alimenticios.
El fenómeno del hype hace que los restaurantes no cumplan con las expectativas, pero en este caso, se nota por qué Lucho fue reconocido como el mejor Chef de México el año pasado.
No hay minuto en el que no esté lleno. Y aunque es un ambiente que te relaja y te anima a soltar el cuerpo con un vinito o un aperol, el servicio está hasta vestido de traje para atenderte.
En mesa con amigos, la barra también es un gran plan con pareja. Y es que si te toca frente a la barra fría, ni siquiera topas con pared, sino un cálido reflejo de lo que pasa atrás (sí, cada rincón y pared está especialmente planeada).
¿Qué pedir?
En las redes hemos visto muchos crudos mixtos: atún, callo y kampachi al estilo sicilia, con wasabi (no dejes de probarlo porque es natural) y soya. El callo viene un poco delgado; el atún se derrite en tu boca pero el kampachi fue nuestro favorito.
Aunque verás la almeja reina en muchas mesas (sí, la presentación es divina), si debes elegir entre opciones de la barra fría definitivamente los ostiones son el acierto.
Entre las entradas calientes encuentras los clásicos clam chowder, soft shell, papa al horno, fideo seco (con tuétano, 10/10)… el imperdible es el Lalo’s Crab Cakes, la “receta secreta del chef” (no es para los que le tienen pánico a la mantequilla). Bañados en una salsa irresistible, puedes pedir pan de masa madre recién horneado para aprovechar hasta la última gota.
¿Y cuál es el platillo estrella? Ultramarinos probablemente ofrezca el mejor lobster roll que probarás en CDMX. Con un pan brioche y una salsa de mayonesa old bay que te voltea los ojos (en el mejor sentido). Y no entraré en detalles, compruébalo tú mismo.
¿Qué tan fácil es hacer una reservación?
Como podrás asumir, ir en plan de walk in no es buena idea; reserva con mucha antelación. Y si entras a la waitlist, no te preocupes (es normal). Por cierto, te pedirán tarjeta, pero sólo te cobrarán en caso de no show.
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