¿Cuántos años tenías cuando te enteraste que realmente nadie tiene idea de cómo se hace esto de vivir la vida? Entrar a la adultez y ver que los meses pasan y tú sólo has sentido que te revolcaron ola tras ola y no sabes a qué hora podrás sacar la cabeza para tomar algo de aire, ES ALGO COMÚN. ¿Lo mejor/peor? Así sigue toda la vida, pero puedes aprender a surfear las olas, no dejar que te revuelquen.
Toda la vida pensamos que llegaría ese momento donde ya tenías todo resuelto, o en orden. Y tal vez ese es nuestro peor error, pensar que llega un punto donde todo se “acomoda” y lo único que queda es gozar. Falso. Y eso puede ser tan aterrador como puede animarte, porque a partir de hoy este revolcón de olas puede acabarse y puedes comenzar a vivir con el alivio de saber que así como tú, todos vivimos en crisis. Incluso esa persona que parece tenerlo todo bajo control.
He tenido conversaciones con personas exitosas, que admiro muchísimo, con puestos altos en importantes empresas o a cargo de una familia y real, más de una vez he escuchado: “gracias, no tengo idea qué estoy haciendo”. Mis primeras reacciones eran no creerlo, pero conforme platicas, te enteras que cada quien a su manera está resolviendo las cosas conforme avanzan y con las herramientas que tienen. Entre más tengo esta conversación con más gente lo confirmo y honestamente, es un alivio.
Por mucho tiempo sentí que estaba fallando miserablemente en la vida y que había hecho algo mal. Conforme maduramos y nos abrimos a estas conversaciones, me enteré que la mayoría de nosotros cuestiona sus decisiones y nunca sabe si debería renunciar y comenzar de nuevo o si mañana “se le cae el teatro”. Eso tiene un nombre y se llama el síndrome del impostor (hablaremos más de esto).
Siempre hemos asumido que la vida era lineal, y sigues una guía para llegar a tu meta. Vas a la escuela, consigues un trabajo, subes en la escalera laboral, te casas, tienes una familia, etc. Cuando me gradué me di cuenta de que no funciona así el mundo real. Conforme crezco y la gente a mi alrededor también, seguimos operando sin saber, y todo está bien. Incluídos mis papás. Todos estamos en diferentes líneas de tiempo, abriéndonos paso hacia nuestras metas de diferentes maneras. Pero no se trata de la meta.
Los exitosos son las personas que se arriesgan y siguen esas oportunidades hacia un terreno más alto. El éxito es usar cada día para aprender y evolucionar, disfrutarlo y pelear batalla por batalla. Al final, nadie, absolutamente nadie, sabe qué pasará mañana. El control no existe, tampoco tu meta. Puede que te encuentres en un lugar maravilloso, incluso si es un lugar en el que no creías que estarías.
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