Hoy la mayoría de los automóviles son pensados para ser funcionales y nada más. El diseño, pensarlo como una obra estética capaz de admirarse lejos y cerca, adentro y afuera es cada vez menor. Hay autos que brillaron porque cumplieron cada punto de una lista ambigua, pero que todos podemos imaginar (velocidad, diseño, comodidad y más) que los eleva hasta convertirlos en grandes piezas de historia e incluso de arte.
Por eso es una pena saber que existen tan pocos en el mundo, pero al mismo tiempo, encontrar uno en situaciones deplorables es como descubrir un tesoro enterrado años atrás. Hay autos que han pasado del deterioro hasta regresar a su antigua gloria.
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