No hay experiencia más relajante para un runner que correr en la playa. No por estar de vacaciones significa que tienes que dejar tu entrenamiento de lado. Por el contrario, será un buen momento para salir de la monotonía de los mismos espacios de entrenamiento, para pasar a un recorrido lleno de bellos paisajes.
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Sentir la arena, escuchar el mar y disfrutar de todo el entorno, serán algunas de las cosas que harán que se convierta en uno de tus recorridos favoritos. Es sumamente enriquecedor tanto como para tu cuerpo –ya que no es una superficie fácil– como para tu mente, porque te desestresarás al máximo. Correr te llevará a conocer lugares mágicos y te permitirá ver cosas que muy pocos tendrán la oportunidad, como admirar el amanecer, llegar al final de la costa o tener la playa para ti solo.
Para disfrutar al máximo de cada kilómetro, te compartimos estos seis consejos con los que te aseguramos que no te arrepentirás.
Pon tu alarma más temprano
Despertar por la mañana para correr es una de las mejores decisiones que puedes tomar. La playa será tuya. Podrás correr con mucha libertad y verás los paisajes más impresionante.
Corre con tenis
Aunque muchos prefieren correr sin calzado, es preferible que te pongas tenis, tal y como si estuvieras en un entrenamiento normal. Evita lesiones en tendones. Recuerda que es una superficie difícil.
Usa extra bloqueador solar
La arena y el agua hacen que se reflejen mucho más los rayos del sol. Usa una gorra, lentes y protector solar, hay que protegerse muy bien.
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Corre el la orilla
Procura correr siempre en la superficie más estable. La arena floja será un poco complicada para mantener el paso. En la orilla, justo donde pegan las olas, es el mejor lugar. Eso si, trata de que tus tenis no se mojen.
Explora y disfruta de un recorrido privilegiado
Correr te llevará a conocer lugar inimaginables. Recorre toda la costa, dirígete a ese pequeño pueblo o cruza los muelles de la ciudad. Explora en cada kilómetro y disfruta del recorrido junto al mar.
Usa ropa cómoda. Entre menos, mejor.
Estás en la playa. Puedes usar un top, unas lycras cortas o ir shirtless, el punto es que no queden marcas extrañas. Al final de cuentas tendrás un bronceado de envidia, preferible si las marcas de los shorts no te delatan.
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Pon una buena playlist
Es un básico. Tus canciones favoritas no pueden faltar. Será un momento de meditación total. Un entrenamiento en la playa es casi terapéutico, así que ponte los audífonos y ¡a correr!
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