Si Qatar nos ha enseñado algo en esta Copa Mundial de Fútbol, definitivamente no hablamos de sus habilidades con el deporte (je) sino de la más alta tecnología que saben manejar a la perfección, desde sus estadios, la ciudad en general, el VAR y por supuesto no podía faltar el balón.
Desde hace algunos meses la FIFA dio a conocer el balón con el que se jugaría la Copa Mundial de Fútbol, se trata del Al Rihla con un fondo blanco, líneas rojas y azules en su mayoría; sin embargo, más allá del diseño tiene una tecnología nunca antes vista para el beneficio del juego como aliado para el equipo arbitral.
Se toman muy en serio las reglas, así como las sociales en el campo de juego hay restricciones y quisieron evitar cualquier error que pudiera afectar a los equipos; ya saben, como el famoso «No era penal» contra México.
El fuera de juego es una de las medidas más confusas a la hora del partido que pudiera ocasionar dudas en el conjunto de arbitros; para evitar problemas, el balón tiene la tecnología necesaria para tomar esas decisiones milimétricas en segundos.
Tras el éxito del VAR en Rusia 2018, se ha implementado una ayuda más con el sistema aliado de los equipos arbitrales de video y los árbitros sobre el terreno de juego; esto les facilita tomar decisiones más rápidas, precisas y fiables.
Hay doce cámaras instaladas bajo la cubierta del estadio que captan los movimientos del balón calculando las posiciones exactas sobre el terreno de juego. Consideran hasta 29 puntos de datos de cada jugador que incluyen las extremidades y otras partes del cuerpo, con ellos se puede definir con mayor precisión el fuera de juego.
También cuenta con un sensor en su interior que envía un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de video, lo que permite detectar con absoluta precisión el momento exacto en el que se golpea, así con esa mezcla de datos donde vemos las extremidades de los jugadores y la tecnología de la pelota con inteligencia artificial, el equipo que se encuentra en la sala de video tiene las herramientas necesarias para tomar la decisión correcta.
Se comprueba manualmente el momento exacto del golpe al balón con una animación tridimensional impresionante, la línea de fuera de juego creada automáticamente con las extremidades de los jugadores en el sistema, mostrando lujo de detalles. Se comparte con los espectadores para que sea un proceso transparente, una locura que no hubiéramos imaginado posible, gran ayuda para evitar errores polémicos.
Para finalizar, es importante aclarar que esta tecnología no afecta en ningún momento al rendimiento del balón; de hecho, si la FIFA no lo hubiera dado a conocer, nadie se hubiera dado cuenta.
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