Cuando Taylor Swift publicó Fearless (Taylor’s Version) sus fans respiraron aliviadas. Aquí estaba la Taylor Swift que tanto amaban tomando lo que era suyo y aunque tuviera que grabar su disco nuevamente para conseguir los derechos de sus canciones, todos amaron el resultado. Pero ahora que publicó Red (Taylor’s Version) las redes sociales explotaron contra Jake Gyllenhaal, le exigieron que devolviera la bufanda a Taylor y básicamente se desmoronaron con una versión de 10 minutos del ya clásico All Too Well.
Taylor ha encontrado la manera de ganar los derechos de su música al regrabar sus discos más famosos, así sus fans pueden saber que si escuchan esos discos (o los compran) el dinero irá a ella y no a un ejecutivo que se aprovechó de Taylor hacer tantos años.
Pero esa no es la única historia en la música sobre artistas luchando por recuperar los masters de su música. De hecho parece que los más poderosos siempre son los que terminan buscando hacerse cargo de su música después de sentirse traicionados.
Prince
Prince dedicó gran parte de su carrera a luchar contra Warner por conseguir los derechos de su música más popular. Comparó los contratos de músicos con disqueras como otra forma de esclavitud, se marcó la palabra en actuaciones en vivo e incluso cambió su nombre artístico al de un símbolo impronunciable esperando lograr un cambio. Aunque al final logró ganar la batalla fueron décadas para uno de los músicos más importantes y eso le hizo darle un consejo a todos los aspirantes a músicos: no firmen.
Kesha
La cantante demandó a su productor, Dr. Luke, de drogarla y violarla durante su relación laboral. Desde 2014 se mantiene en una batalla legal en contra de él, pero como tienen un contrato con Sony, la disquera no acepta darle control creativo a Kesha y de acuerdo a los abogados de la cantante: “Sin la intervención de la Corte y la facilitación de Sony, Kesha permanecerá ligada contractualmente a Dr. Luke hasta que lance tres álbumes adicionales, cada uno con seis canciones producidas individualmente por Dr. Luke, sin importar cuántos años tome”.
The Beatles
La música de The Beatles, la banda más popular de la historia, no le perteneció a sus integrantes sino hasta 2017. Todo empezó en los sesenta cuando Dick James y su compañía Northern Songs vendieron los derecho de las canciones a ATV Music, a pesar de que Lennon y McCartney quisieron comprar los derechos, se les fueron negados. Después, en 1985 Michael Jackson usó la información que el mismo McCartney le dio para comprar el catálogo de ATV por 47.5 millones de dólares y adueñarse de 250 canciones del cuarteto de Liverpool.
Después de eso Jackson se unió a Sony y les vendió la mitad del catálogo, la otra mitad pasó a ser parte de la empresa tras la muerte de Michael Jackson en 2009. Finalmente en 2017 McCartney pudo demandar para conseguir su música por una ley de derechos de autor que les permite reclamar sus derechos después de 35 años.
Debe estar conectado para enviar un comentario.