Taylor Swift ha cambiado mucho con los años. De cantante country a estrella pop, de diva a serpiente y de regreso. Esta vez ha cambiado los hits ultraproducidos junto a un departamento de marketing que usa todas las herramientas disponibles para predecir un gran éxito como lo fue Lover, por un trabajo mucho más íntimo y elemental en Folklore.
La cuarentena arruinó la gira mundial de Taylor Swift y Lover, pero inspiró a la artista a dar un paso más allá de lo que había estado construyendo desde hace una década (sobre todo con sus últimos tres discos) y concentrarse en la escritura de un disco que no sólo es íntimo, sino que tiene una narrativa completa donde las historias convergen, se mezclan y van más allá de su vida personal.
Algo que siempre ha llamado la atención de Swift es saber de quién habla y a quién se refiere en su música. Aunque Folklore continúa esta línea, canciones como the last great american dynasty cuenta la historia de Rebekah Harkness y la compara con la cantante, por otra parte, junto a la escritura y producción de Aaron Dessner de The National, su música se transformó por completo.
No sólo las letras son más sombrías e introspectivas, producto natural de un confinamiento como el que todos hemos vivido en 2020, sino que se alejan completamente de hits que rozaban en la melosidad como lo fue ME!
A pesar de eso, Folklore tiene la oportunidad de convertirse en un clásico gracias a que Swift sabe explotar cualquier género en el que se adentra. Si se alejó del glamour y se adentró en el naturalista y un tanto minimalista folk, lo iba a hacer de la mano de los mejores, por lo que desde que la escuchas por primera vez, sabes que exile, junto a Bon Iver, está destinada a ser un clásico.
Folklore demuestra que la genialidad de la artista radica en saber junto a quién trabajar. Si bien su disco es personal, aún se percibe que mientras ella trabajó día a día para terminarlo, la mano de Dressner o Jack Antonoff se escucha a lo largo de todo el disco, a diferencia de lo que Charli XCX hizo durante su encierro con How I’m Feeling Now que a pesar de tener distintos productores realmente se siente como si Charli fuera la única que tuvo control sobre el disco. Eso no quiere demeritar el trabajo de Swift, quien en su octavo disco de estudio se siente más fresca y honesta que nunca.
Debe estar conectado para enviar un comentario.