El vino mexicano nos sigue sorprendiendo como uno de los mejores del mundo, compitiendo con grandes etiquetas internacionales y ganando concursos y el corazón de nacionales y extranjeros. Valle de Guadalupe es una de las cunas más importantes para el vino mexicano y casi 85 hectáreas el hogar de Tablas Taller Agrícola.
Historia
Hay demasiado que contar sorprendentemente en tan pocos años. Nadie se imaginaría que este proyecto inició en el año 2017 con el compromiso, experiencia, experimentación y unión de tres grandes amigos con el mismo objetivo que junto con su familia han creado una botella espectacular y empresa muy noble. Cabe destacar que cada quien, incluso esposas e hijos, tiene una opinión que es escuchada y notoria. La bodega se siente cercana, familiar, de casa y con mucho amor de por medio.
Pero por supuesto eso no era suficiente para tener un vino de tal magnitud. Cada uno de los socios, desde su trinchera, pone todo lo necesario para que resulte en un proceso de excelente calidad, cuidado del medio ambiente con acciones como la incorporación de 184 paneles solares, reciclaje, aprovechamiento de los más residuos posibles, riego por goteo con agua proveniente de dos pozos en el terreno y todo pensado por y para mexicanos.
¿Por qué se llama Tablas”?
La historia del nombre es curiosa. Todo es gracias a la distribución de los viñedos pues los han dividido en Tablas; es decir, bloques, con un varietal cuidadosamente seleccionado para que el fruto crezca favorablemente con el clima y suelo de la región.
Hasta ahora tenían una etiqueta premium (más adelante les revelamos la sorpresa) con una acidez muy amistosa para el paladar mexicano, taninos suaves y un color rojo intenso con tintes violetas. Es hecho con las Tablas uno, cuatro y cinco; es decir:
- Uno – Tempranillo.
- Cuatro – Grenache.
- Cinco – Petite Sirah.
El proyecto ha crecido de forma acelerada colocándose cada vez más en las bodegas caseras de numerosos amantes de esta bebida. Para la primera cosecha del 2017 se armaron solo mil cajas, para el 2021 fueron aproximadamente 18 mil, todo gracias al gran trabajo de Federico Fuentes, una de las cabezas principales, quien investiga, propone, lee pero también destaca, aplaude y orienta a Mayo, líder del campo con un equipo de 19 personas (bastante bien balanceado entre hombres y mujeres) y los procesos.
Sabe muy bien cómo hacer crecer una uva sana y valiosa para el vino mexicano; sin embargo, aunque toda su vida se ha dedicado al campo no tenía experiencia en vinos. Fue su pasión por la tierra, el agua, aire y comunidad lo que lo hizo querer aprender, destacar y experimentar. Hizo un gran equipo con su jefe Federico Fuentes quien lo apoya en todo lo que necesite (o quiera experimentar). De hecho recientemente se encontraba muy emocionado por empezar a usar una nueva máquina que adquirieron para eficientar los tiempos de la recolección de la uva.
Luego que el fruto es cosechado y despalillado pasa a los tanques de fermentación y hasta que se logra el nivel de alcohol deseado el vino pasa a enfriamiento donde permanece por todo un año para después ser embotellado. El equipo sabe muy bien cómo dividir los tiempos para el paso a paso.
Un dato que nos ha sorprendido es que cuentan con “nuevas barricas” que nunca habíamos visto. En el afán de encontrar los procesos más amigables con el medio ambiente se dieron cuenta lo dañino que era la creación de barricas; sin embargo, muy valiosas para el sabor del vino.
Federico explica que en realidad las barricas fueron creadas para transportar el vino en barcos pero poco a poco se dieron cuenta que le agregaba diferentes elementos al color, olor y sabor de la bebida. Por eso empezaron a dejarlo envejecer dentro de ese gran cilindro de madera.
Investigando dieron con una “nueva barrica” que en realidad es de polímeros pero pueden controlar muy bien el nivel de oxígeno que entra, un trabajo que hace la porosidad de los barriles. Pero ¿qué hay de los sabores extra que tanto nos gustan? pues han decidido cambiar el proceso y en su lugar introducen pedazos largos de roble a la barrica con nueva tecnología, convirtiéndolo en un proceso de excelente calidad que recibe toda las características que se busca de la madera y además se aprovechan todas las caras de las tablas. “Ya no metemos el vino a la barrica, ahora metemos la barrica al vino”, mencionó Federico Fuentes al explicar esta estrategia.
Es un viñedo excepcional en el que se hace arte y se brinda un espacio para otro tipo de representaciones como las esculturas que encontramos en diferentes puntos creadas por Jorge Yázpik, utilizando detalles del entorno como el punto exacto donde sale el sol por la mañana, la dirección del viento y más.
Cabe destacar que es un proyecto enfocado a hacer buen vino, no al turismo, así que no tienen un espacio para hospedarse como otros en Valle de Guadalupe o algún restaurante por ofrecer, simplemente es el espacio donde se crea la bebida, se embotella y viaja hasta CDMX donde es etiquetado.
Vino rosado
Y para finalizar, Tablas Taller Agrícola se mantiene en constante evolución por lo que han sorprendido al mercado con un lanzamiento que nadie esperaba: su etiqueta de vino rosado. Esta bebida utiliza uva Sangiovese de la Tabla dos del viñedo, con notas de frutos rojos frescos, frambuesas, durazno y un toque de flor blanca. En boca se presenta con una acidez tan marcada como los sabore frutales. Es fresco, tranquilo y seco, muy pronto estará a la venta.
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