Succession es la mejor serie que nadie está viendo, por lo menos comparada con otras series que han ganado elogios por parte de cualquiera que la ve. Cerca de 10 millones de personas sintonizaban AMC para ver Breaking Bad en su temporada final y con Game of Thrones fueron casi 20 millones, tan solo en Estados Unidos.
Para la cuarta temporada de Succession se habla de 1.4 millones de espectadores, sin embargo, con la llegada de Streaming y nuevas maneras de ver televisión, puede que el número sea mucho mayor. A pesar de eso, Succession ya es considerada una de las mejores series de la historia.
Con su cuarta y última temporada apunto de terminar, hemos aprendido a entender una de las series más complejas, enigmáticas y al mismo tiempo, graciosas en la historia de la televisión. Las tres temporadas pasadas nos enseñaron que no había nada como Succession. Con su grabación caótica en ambientes ostentosos, un guión perfecto y actuaciones que siempre superan a cualquier serie, nos dejó claro que no tenía rival.
Sin embargo, lo que están haciendo en la última temporada es una despedida para que los recordemos por el resto de nuestras vidas. Sin dar paz al espectador, cada episodio ha sido una bomba que explota, a veces en los primeros minutos y a veces al final. En episodios como el ya legendario Connors Wedding, la bomba explota lentamente a lo largo del capítulo, haciéndonos cómplices en la tragedia que azota a la familia.
Aunque nosotros vemos un episodio por semana, en la cuarta temporada de la serie el tiempo pasa lentamente. Cada capítulo corresponde a un día en la vida de la familia Roy en el momento más crítico de sus vidas. Entre problemas y muertes en la familia, la empresa está siendo adquirida por una empresa de tecnología europea y al mismo tiempo la carrera presidencial está llegando a su fin en Estados Unidos, lo que sumerge a la compañía en modo de crisis para saber si el candidato que apoyan llegará a la presidencia.
A lo largo de tres temporadas se construyeron todos estos escenarios para traernos a un gran final, algo que pocas series han logrado. Muchas suelen tener un villano o un tema por temporada, dando lugar a sus personajes para tener una especie de crecimiento. Aquí parecía que teníamos eso, pero al final todo sumó para crear una burbuja tan abominable como llamativa. No queremos a la familia Roy, pero no podemos alejar la mirada de todo lo que hacen.
En los últimos episodios hemos encontrado que el crecimiento de todos los personajes ha sido tan bueno como malo. Se trata de personajes ficticios que odiaríamos en la vida real, pero que al conocer dentro del contexto de la serie, amamos, defendemos y alentamos a quedarse con el poder que tanto quieren, incluso a costa de romper la democracia en Estados Unidos.
Otro aspecto que ha llevado a esta temporada a posicionarse como una de las mejores de la historia, es la actuación. Los actores han tenido años para acostumbrarse a sus personajes y compañeros de trabajo. Por ejemplo, si bien Matthew Macfadyen y Sarah Snooke siempre han demostrado ser grandes compañeros de escena, en este momento cada interacción parece una clase magistral para cualquiera con aspiraciones artísticas.
Hay memes en los que se dice que Succession tiene a sus espectadores al borde del asiento y lo único que vemos en pantalla es a Jeremy Strong hablando por teléfono sin saber qué está diciendo. Sí es gracioso, pero también es la manera en que los creadores han logrado construir un mundo tan complejo en el que sabemos que lo que está pasando en esa llamada puede tener consecuencias para todos los personajes.
Si escuchas el término quiet luxury, es gracias a que Succession tiene una producción tan buena que los personajes que representan al 1% de la población, realmente visten como ellos, demostrando el nivel de cuidado que se tiene para crear la serie.
Una de las mejores temporadas en la historia de la televisión se está desarrollando en un ambiente estéril, de oficinas y aviones privados donde nada parece importar más que lo que los personajes tienen que decir. Sin grandes secuencias de acción ni apuestas de vida o muerte, Succession nos ha obligado adentrarnos en la vida de todos sus personajes y por eso es tan bueno, por que se ha alzado sobre el resto de las series que buscan atrapar tu atención de forma barata, mientras que aquí sabes que estás por la calidad de todo lo que sucede.
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