Razones por las que Succession tiene los capítulos mejor calificados en la historia

¡SPOILERS! No sigas leyendo si no has visto los episodios de la cuarta temporada de Succession.

La televisión ha robado al cine de algunas de las mejores actuaciones de los últimos años. Mientras la industria cinematográfica se mantiene como el estándar máximo en términos de actuación, no podemos negar que hay actuaciones en la televisión que simplemente son superiores a lo que vemos incluso en películas de gran presupuesto o dirigidas por los mejores directores.

Basta con pensar en Breaking Bad. El trabajo de Bryan Cranston como Walter White es una espiral que te atrapa mientras ves cómo un hombre se consume por el poder y llega a su inevitable caída en el episodio 14 de la quinta temporada titulado Ozymandias. La actuación de Cranston en ese episodio, así como todo el conflicto que se desarrolla en esa hora de televisión, será recordada por décadas. Mientras que incluso los mejores directores del momento tienen cintas que al salir de la sala de cine, olvidas de qué tratan.

Aunque hay muchos debates y rankings sobre cuál es el mejor episodio en la historia de la televisión, IMDB es una de las plataformas donde se concretizan esas ideas y desde hace 10 años, Ozymandias ha mantenido el título, hasta ahora.

Recientemente Succession hizo lo imposible al alcanzar a Ozymandias y superarlo como el mejor episodio en la historia de la televisión con el tercer capítulo de la cuarta temporada titulado Connors Wedding. Esto no implica que se quedará en ese lugar. Succession llegó a ese puesto con una votación perfecta de 9 mil personas, mientras que el capítulo de Breaking Bad tiene casi 200 mil votos. Sin embargo, sirve para desentrañar cómo es que una serie sobre una sucesión corporativa puede llegar al mismo punto que una de las tragedias contemporáneas más aplaudidas de la última década.

Raíces Shakespereanas

Breaking Bad toma muchos elementos de Macbeth, pero sobre todo de Richard III, mientras que Succession suele ser comparado con King Lear. Parece que usar al padre de la dramaturgia inglesa para crear nuevas historias es lo que eleva una serie para convertirla en una obra de arte. No por nada otras series como Mad Men, The Sopranos y The Wire han sido comparadas con los textos de Shakespeare. Además, además de ser el personaje principal de Succession, es un reconocido actor shakespreano, lo que ayuda mucho a dar una de las mejores actuaciones de la serie.

Actuaciones magistrales

Podría decirse que Brian Cox ha cargado con la serie en sus hombros si no fuera porque sus hijos ficticios han logrado hacer lo mismo en muchas ocasiones. El elenco es uno de los mejores en los últimos años y encontrarlo no fue fácil. A pesar de que se trata de una familia estadounidense, Brian Cox es escocés (Logan Roy también lo es, pero esto se le reveló a Cox como un regalo por parte de los productores y luego la historia se modificó para eso), Sarah Snook es australiana y Matthew Macfadyen es inglés, demostrando que encontrar al personaje perfecto requirió mucho más que buscar en una agencia de casting de Los Ángeles.

El tamaño de la producción

Intentando ser lo más realista posible, la serie no escatima en costos para dar ese aspecto de realismo y al mismo tiempo brindarnos un poco de lo que es la vida dentro del 1%. En Succession vemos yates con helipuerto y lanchas de lujo incluidas, despegues de tres helicopteros al mismo tiempo y más. La serie ha puesto de moda términos como quiet luxury y nos ha demostrado que para ellos algo como una bolsa Burberry puede ser una atrocidad.

Cada detalle es cuidado al máximo y eso contrasta con la caótica secuencia con la que se graba y edita, que hace todo el lujo del mundo parecer algo mundano e insignificante, y eso es lo que quieren que veamos.

Un guión incomparable

Siempre que veas una entrevista a los actores de Succession van a responder lo mismo: sus actuaciones son así de grandes gracias al tamaño del guión que se les entrega. A pesar de todo el trabajo que hacen, el inicio de todo está en el libreto que Jesse Armstrong y el equipo de escritores trabajan para darles.

Succession tiene mucha jerga corporativa que la mayoría no entendemos, pero sabemos que la serie se debe ver con atención (no es algo que puedes ver mientras arreglas tu cuarto o lavas los trastes), no por esa terminología, sino por todo lo que los personajes dicen y hacen. Desde los grandes monólogos hasta los insultos más mezquinos que te hacen reír, pausar y repetir. Cada palabra de ese guión es trabajada con vehemencia para mantener al show en ese punto perfecto entre la realidad y la fantasía donde incluso las pláticas más importantes, esas donde 10 mil millones de dólares o más están en juego, pueden terminar con un simple fuck off.