Todos conocemos esa sensación, nos ha sido difícil concentrarnos durante las horas de home office que muchas veces parecen eternas. Te sientes bajo de energía y no sentir el sol o el aire libre en la cara no ayuda mucho. Sí, aunque nos ahorremos horas en el tráfico y tengamos más tiempo libre que antes, nos resulta cada vez más difícil concentrarnos en terminar nuestras tareas en casa.
Si tu necesidad de escapar comienza a manifestarse físicamente, solo hay una cosa que hacer: detenerte. Lo sé, a veces no es tan fácil, alguien tiene que entregar esos informes y los plazos de tiempo están a punto de vencerse pero creo firmemente que a veces lo más “productivo” que puedes hacer por ti mismo es NO HACER NADA.
A veces, el deseo de alejarnos de la rutina diaria es tan fuerte que se convierte en una necesidad más que en un lujo. Así que tomarte un Day Off o un día dedicado a tu salud mental es justo lo que necesitas para lograr tus objetivos.
Aunque parezca todo lo contrario porque según tú, la forma más fácil, rápida y mejor para lograr lo que te propones sería ir a toda velocidad, todo el tiempo, ha habido estudios que muestran que las personas son más productivas cuando regresan de unas vacaciones que si nunca hubieran tomado un break.
Tampoco quiero decir que en este preciso momento vas a tomar un vuelo a esa ciudad de ensueño, dejando de lado tu proyecto con deadline para el próximo viernes. Pero si has estado trabajando en algo específico o simplemente trabajando a mucho ritmo sin lograr ver el final del tunel, lo que necesitas es un día para relajarte y respirar.
Tal vez ese día libre te recargue de nuevas y buenas energías. Lo han dicho los más sabios y creativos, si quieres hacer mejor tu trabajo, es importante alejarte de vez en cuando, dejarlo respirar para que fluya con naturalidad.
Por ahora no podemos salir a almorzar, ni tomarnos la tarde libre para ir de compras o andar en bicicleta o ir a correr, pero puedes tomarte el día sentado en tu sofá y mirar televisión en pijama hasta el atardecer, consentirte con una sesión de spa casero, leer tu libro favorito o cocinar. Hay que aprender a escuchar nuestro cuerpo y saber cuándo necesitamos ese tiempo que nos hará una mejor versión de nuestra persona.
Las pistas de todos son diferentes. Es posible que estés necesitando el doble de cafeína de lo normal o que despiertes después de varias alarmas postergadas. Lo que sea que te esté diciendo tu cuerpo (y tu mente), escúchalos. Cierra los ojos, respira hondo y recuerda que mereces tomarte el tiempo para recargar tu espíritu y tu energía. Cuando regreses, ¡estarás descansado y listo para comenzar una vez más!
Debe estar conectado para enviar un comentario.