Todos necesitamos ganar dinero para poder conseguir techo, comida y abrigo; cosas básicas para vivir. Para eso nos especializamos en un rubro y muchos en lugar de tener algo propio preferimos trabajar para una empresa; sin embargo, hay una línea que debemos siempre cuidar: la salud mental, porque sí, necesitamos dinero para nuestro día a día pero no a costa de nuestro bienestar. ¿Cuáles son las señales que te indican debes cambiar de trabajo?
Cada vez más escuchamos historias de terror sobre empresas que se aprovechan de la situación de sus trabajadores y terminan con su paz y salud mental. El problema es que nosotros no sabemos poner un freno a las primeras alertas por muchas razones, miedo a perder el trabajo, necesidad de mantenerte en la empresa, edad y más.
Pero el mundo laboral es toda una experiencia que no debería afectarte, por el contrario, si se supone nos especializamos en un área según nuestros gustos y preferencias, deberíamos despertarnos todos los días felices de poder ganar dinero haciendo lo que más nos gusta. Sabemos que muy pocos tenemos esa fortuna.
Afortunadamente la salud mental es uno de los temas que más se han puesto sobre la mesa en nuestra generación, más y más personas cada vez nos preocupamos más por cuidar de ella, sobre todo después de la pandemia que fue todo un desafío. Y claro, nos hemos dado cuenta que el trabajo es una de las principales causas de una mala salud mental.
Puede ocurrir por muchas situaciones hasta dañarnos, no ponemos límites y nos llenamos completamente de estrés, agotamiento físico, mental y ansiedad desbordada. Desgraciadamente las generaciones anteriores nos han educado a soportar todo y renunciar a un empleo sin tener otro seguro es casi un sacrificio en la economía actual.
Señales de alarma para saber que es momento de renunciar
Mal ambiente laboral
Comenzaremos por ésta porque la mayoría podría no considerarla una señal de alerta; sin embargo, considerando que pasamos en el trabajo más tiempo que con la familia, es de suma importancia estar en un lugar pacífico donde todos se respeten y lleven una relación codial. No hablamos de amistad, simplemente de tranquilidad y respeto por el trabajo y tiempo del otro compañero.
No te puedes desconectar
Tomemos en cuenta que el trabajo lo hacemos para poder conseguir dinero y vivir. Sobre todo en la pandemia y los trabajos en casa, los dueños de empresas obligaban a estar conectados muchas más horas de las que están pagando. Ahí vienen los límites, si no sabes ponerlos es muy probable que afecten a tu salud mental y física por no poder desconectarte y quitarle tiempo a tu familia, amigos y para poder descansar.
Estancamiento
Si llegaste buscando nuevos retos y se han acabado, posiblemente es hora de partir. El aburrimiento puede ser un punto clave para tu salud mental pues todos los días se convierten en incluso pérdida de tiempo de tu carrera profesional. Puedes llegar a sentirte muy abrumado y hasta frustrado. Si lo has intentado pero donde estás ya no te aporta nada nuevo, no hay ascenso que perseguir, no se pueden hacer cambios y tú quieres seguir creciendo, es la oportunidad de buscar nuevos proyectos.
No te toman en cuenta
Una de las primeras banderas rojas que muchas personas no vemos es cuando una empresa no valora tu esfuerzo y profesionalismo. Si eres parte de un proyecto, trabajas fuerte para que con tu constancia y talento los resultados salgan y los superiores por el contrario no te toman en cuenta, quizá deberías replantearte pertenecer a su equipo.
Cansancio crónico
Muchas veces la responsabilidad no nos deja poner pausa para descansar aunque nuestro cuerpo lo esté pidiendo. Te duele la cabeza constantemente, te cuesta mucho levantarte por las mañanas, sientes dolores por todo el cuerpo, no comes a las horas correctas o incluso no tienes hambre y no logras concentrarte, podrías estar forzándote mucho afectando tu salud.
Maltrato verbal
Sabemos que éste es un foco rojo importante pero no solamente malas palabras o gritos, también ser minimizado o ridiculizado es una forma de violencia que muchas veces aceptamos o no nos damos cuenta. Puede venir de cualquier persona, desde tu jefe, los directivos hasta de los compañeros de trabajo. Repetimos que una de las claves es llevar una relación de respeto y cordial con tus compañeros.
Malas condiciones laborales
¿Qué tienes para trabajar? ¿Te dan las herramientas necesarias? No hay nada más desmotivante que las malas condiciones laborales y no solo hablamos de un mal espacio o herramientas, sino prestaciones, cómo te tienen registrado con la autoridad, horarios, días y exigencias. Poco a poco (o más rápido de lo que imaginas) acabarán con tu salud mental y física.
La lista puede seguir pero prácticamente todo lo que te genera estrés y juega con tu salud mental debemos mantenerlo alejado, porque cada persona tiene un límite que dependerá de cada uno pero el problema está cuando se cruza y no se actúa al respecto.
Pensemos en nuestro proyecto de vida, ¿qué calidad queremos para nosotros y nuestra familia? replantea tus objetivos y cómo los vas a lograr. Si ese lugar ya no te lo puede ofrecer, es momento de partir.
Entiendo que suena sencillo y en realidad no lo es; sin embargo, consideremos siempre que será la última opción, ya que hayas intentado arreglar las cosas en tu trabajo actual como organizar tiempos, espacios, pedir ayuda y hablar con las personas adecuadas. Si no se puede modificar la situación que compromete tu salud, pongamos en una balanza los pros y contras de seguir ahí.
El trabajo no debe ser una tortura, por el contrario debemos disfrutarlo día con día y convertirlo en un complemento de tu vida personal. Si has tomado la decisión de renunciar, cuida que tu salida se haga conforme a la ley y si te afecta demasiado quedarte sin empleo, no lo hagas hasta que tengas algo seguro.
Si te es posible, después de pasar por un trabajo que comprometió tu salud, descansa por algunas semanas, quizá meses, para recuperarte y vuelvas a ver el trabajo como un disfrute aprovechando tu experiencia y habilidades. Regula tu situación emocional y vuelve a creer en tus capacidades profesionales. Replantea metas y continúa trabajando hasta alcanzarlas, trazando una nueva historia.
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