Si no te ha tocado comer, cenar o echar drinks con la vista del Ángel de la Independencia, te sugiero que vayas haciendo tu reserva en Salazar, un restaurante que es un imperdible si estás en la CDMX.
Con una vista privilegiada “a nivel cancha” del Ángel y un diseño arquitectónico que logra proyectar un ambiente completamente distinto a la dinámica urbana que lo rodea, es un espacio muy especial; un destino que bien podría ser un hotel en las montañas de Colorado, un après-ski suizo o una impactante casa privada en Joshua Tree, pero en plena avenida Reforma.
Desde el minuto uno, la arquitectura de Salazar te hace sentir como en un huerto por su esencia campirana pero sofisticada; con arquitectura de Alfonso López-Velarde, interiorismo de Habitación 116 e iluminación de
Sombra — ambiciosas propuestas mexicanas— que invita a echar la famosísima sobremesa con uno de sus vinos en mano.
¿Qué pedir en Salazar en CDMX?
La cocina del chef Allan Yáñez mezcla su experiencia en restaurantes europeos con 3 estrellas Michelin con su identidad mexicana y la riqueza y diversidad de ingredientes locales y orgánicos. Su menú es un reflejo del proyecto integral de Salazar, donde la sencillez se rodea de una gran calidad de materiales e ingredientes con gran dominio técnico y atención en los detalles, para ofrecer una experiencia de lujo casual y sin pretensiones.
Todo en Salazar se sirve al estilo “family style”, con una cocina de fuego de leña y carbón, en Salazar los ingredientes, su procedencia y trazabilidad son prioritarios. Ya sean veggies o proteínas animales, son la base para la elaboración de un menú honesto, consciente y responsable, en el que los sabores, el equilibrio y el bienestar se suman para ofrecer una gran experiencia en mesa.
Prepárate para compartir. Para empezar, déjame decirte que debes probar el poro braseado como entrada; te lo juro, aunque no sea lo primero que se te ocurra pedir, sus sabores son extraordinarios y muy umami. En serio, es un must.
Para los platos principales, la olla de almejas chione en su salsa de vino blanco es el perfecto crowd pleaser, y el estofado de cola de res es una opción que promete dejar a todos en la mesa más que satisfechos.
Y no nos olvidemos de los postres. Ya sabes que siempre hay un huequito extra para el postre, Los tres postres que ofrecen deben de estar en la mesa, pero nuestros favoritos fueron el cheescake y la pavlova.
El nuevo Wine Bar en CDMX
Te cuento, es la evolución natural de Salazar, que después de casi un año de abrir sus puertas en CDMX, ha decidido inaugurar un Wine Bar colaborativo y estacional. ¿Qué significa esto? Que el menú de comida, vinos, cócteles, mezcales y vermut cambia según los cocineros y sommeliers invitados.
El concepto está inspirado en los bares de tapas del País Vasco y del suroeste de Francia, donde el aperitivo es toda una tradición. Aquí podrás disfrutar de platos pequeños como un bao con rabo de toro, pan con tomate, anchoa y huevo perfecto, burrata, almeja acevichada y cuellos de jurel, entre otros antojitos. Y claro, no pueden faltar los postres.
Todo esto viene acompañado de una selección de vinos naturales, biodinámicos y de baja intervención, con botellas de México, España, Alemania y Francia: blancos, rosados, naranjas, tintos y espumosos, todos servidos por copa. Si aún no lo has visitado, te lo recomiendo.
Puedes reservar aquí.
Tip insider: Es el lugar perfecto para una cita; ve un jueves por la noche y luego pasa a su speakeasy, Mimi, a bailar.
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