El 6 de mayo se llevó a cabo la Coronación del Rey Carlos III de Inglaterra, el Rey número cuarenta coronado en la Abadía de Westminster. Fue una ceremonia mucho más austera y corta comparada con la de sus antecesores. Uno de los momentos más especiales fue la coronación de su esposa, la ahora Reina Camila, quien decidió no usar uno de los diamantes más polémicos y con una maldición para evitar cualquier problema.
El Rey Carlos III llegó con 74 años al trono británico y la Reina Camila con 75. Todos sabemos su historia de amor que inició con la prohibición de su unión, hijos cada uno con otras personas, matrimonios, infidelidades, divorcios y finalmente un triunfo para su amor que los hizo casarse y llegar juntos hasta la coronación a pesar de las críticas y desagrado de los británicos.
La tradición marca que el Rey será coronado con la Corona de San Eduardo y la Reina Consorte tenga su propia Corona hecha para la ocasión; sin embargo, como el Rey quiere mandar un mensaje de sustentabilidad, la Reina Camila decidió no hacer una especial para ella lanzando un mensaje importante de reciclaje y ser coronada con la misma que usó María de Teck, bisabuela de su esposo, en 1911.
Pero, ¿por qué no usó la de su antecesora, la Reina Madre? La respuesta es por la maldición y polémica que tiene uno de sus diamantes; el Koh-i-Noor.
Historia del diamante Koh-i-Noor
La historia maldita del diamante Koh-i-Noor de valor incalculable con 105 quilates, se remonta al 1500 (algunos libros dicen que en el 1300) cuando pertenecía a la dinastía islámica de Mughal en India. El emperador Babur en sus memorias relató que siempre ocurría una tragedia cuando era sacado de su cofre: asesinatos, accidentes fuertes y más. La profecía hindú decía: “Quien posea este diamante dominará el mundo, pero también conocerá todas sus desgracias”.
Se dice que solo las mujeres pueden usarlo sin tener la maldición, por eso cuando Reino Unido la recibió de la India luego de pasar por manos persas y afganas para la Reina Victoria en 1849, decidió incorporarlo en un broche y luego en una corona femenina.
Polémica por su propiedad
Años después la India tuvo algunos cuestionamientos sobre la propiedad. Algunos dicen que los británicos consideraban que la Reina Victoria era la única persona digna en la Tierra de llevar semejante joya y se obsesionaron con entregársela, mientras que otros dicen que fue un regalo para ella como trofeo militar.
Ha sido un conflicto entre naciones incluso hasta nuestros días. La India lo reclama incluso mucho más después de la muerte de la Reina Isabel II, ellos aseguran que les fue robado tras la colonización y quieren tenerlo de vuelta.
Los británicos no quieren devolverlo pero la Reina Camila tampoco se quiso arriesgar a usarlo ni por la maldición que carga ni por crear un conflicto internacional aún mayor en la relación con la India que se remonta al colonialismo. Prefirió usar la hermosa corona que usó la bisabuela del Rey Carlos III pero modificada, quitándole cuatro arcos y agregándole los diamantes favoritos de la Reina Isabel II a modo de homenaje. La Reina Madre, abuela del ahora Monarca, usó el controvertido diamante en su coronación y en la coronación de su hija.
La hermosa joya que usó la Reina Camila está inspirada en el estilo art-deco, es de plata bañada en oro, pesa más de medio kilo, tiene terciopelo morado y armiño sustituido por material sintético a petición del Rey Carlos III. Posee 2,200 diamantes en una banda circular donde se encuentra el principal: el Cullinan V, uno de los nueve diamantes que salieron del más grande jamás encontrado.
La pieza tenía también los diamantes Cullinan III y Cullinan IV que suman 157 quilates pero luego de la coronación de María de Teck se quitaron para convertirlos en broches que usaron hasta la Reina Isabel II. Eran sus favoritos por lo que la Reina Camila pidió que volvieran a la Corona como homenaje a la Monarca que estuvo en el trono por más de 70 años.
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