Ya sea para hacer pasta, fermentar vino o simplemente disfrutar de la vida, los italianos parecen tenerlo bastante resuelto. Famosos por saber sobre el buen vivir, los italianos conforman la cultura que pone la comida en primer lugar tiene una forma de hacer las cosas que es la envidia del mundo.
Comer y beber no son solo pasatiempos para los italianos, son pasiones para muchos en todo el mundo. Desde el primer espresso hasta el digestivo final, el día italiano está impregnado de intrincadas reglas sobre cómo, cuándo, por qué y con quién comparte las comidas y bebe un buen vino. Si te interesa esta forma de vida conoce estas reglas por las que se rigen los italianos y descubre como disfrutar cada bocado y trago.
Frescura y temporadas
Los italianos saben que los ingredientes frescos son los mejores ingredientes. Si quieres los tomates más maduros, los quesos más frescos y los ingredientes con mejor sabor, hay que ir lo más cerca posible de la fuente. Además, es importante conocer y disfrutar lo que se da en cada temporada. La mayoría de los cultivos son estacionales, hay buenos momentos para ciertos alimentos y no tan buenos para otros. ¿Quieres los mejores tomates? De mayo a octubre es su ventana para los más jugosos y sabrosos. ¿La cosecha de la aceituna? Es a finales de otoño. Los italianos lo saben, cultivan y compran sus productos de esa manera.
Aceite de oliva sobre cualquier aceite
Si estás cocinando en Italia, es raro que encuentres otros aceites de cocina como canola, nuez, vegetales, etc. Cocinar con aceite de oliva es de rigor y también puede reemplazar a la mantequilla. Intenta hacer galletas con aceite de oliva la próxima vez en lugar de mantequilla, el resultado te sorprenderá. Son deliciosas.
La comida va con vino
La cultura de beber en Italia está tan estructurada como su cultura de comer, y las dos están completamente entrelazadas. Los italianos ven a la bebida por cómo puede mejorar la comida que acompaña. Por lo general, no encontrarás italianos bebiendo su vino antes de llevar un plato de pasta a la mesa, ya que el vino está destinado para complementar el plato. En términos italianos más románticos, se podría decir que estaban hechos el uno para el otro.
Más comida y bebida
El día italiano está completamente rodeado de comida y bebida. Después del almuerzo está la merenda, cuando encontrarás filas de amantes de los helados rondando la heladería a las 4 p.m. Hay aperitivo, un ritual previo a la cena lleno de bebidas con clase como Aperol spritzes y Negronis destinado a estimular el apetito junto con bocadillos salados. Y, por supuesto, están los digestivi, bebidas para después de la cena como amaro o grappa que ayudan a digerir la comida y te dan ganas de quedarte dormido.
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