Gracias a los streamings ahora podemos escuchar todos los lanzamientos musicales del mundo en una misma plataforma y con tan solo un clic. Es decir, ya no hay que esperar a que el cassette o el CD llegue a nuestra ciudad para poder tener las primicias del mundo musical. Sin embargo, un reciente análisis realizado por Seth Stephens-Davidowitz (autor de Everybody Lies: Big Data, New Data, And What The Internet Can Tell Us About Who We Really Are) para el New York Times nos ha demostrado que a pesar de que la tecnología nos ha acercado a la novedad, los usuarios regresan una y otra vez a la música “antigua”.
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Con datos de Spotify, Stephens llegó a la conclusión de que el gusto musical se ve influenciado a la época de adolescencia y determinan lo que escuchas cuando eres un adulto. La información arroja que para los hombres los 13 y 16 años son los más importantes, mientras que para las mujeres los 11 y 14 años serán los más recordados. Así que, no es sorpresa que si tienes alrededor de 30 años, regreses a Britney Spears o a las rock bands que estuvieron de moda en los 90s y te vuelvas intolerante a la “nueva” música.
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La razón principal es que desarrollamos un apego físico, emocional e incluso sexual con las canciones que escuchamos durante esa época. Y las relacionamos directamente con experiencias que marcaron ésta, como por ejemplo el primer beso, los conciertos a los que asistimos o si te la dedico algún amor.
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Esto queda plasmado automáticamente en tu cerebro y la nostalgia surte efecto cuando intentamos replicar años más tarde esa sensación. Por lo que no es un problema ni un error el que todavía sientas un placer arraigado a escuchar Blink 182 o cualquier canción que sonó en tu TV mientras veías MTV, solo es culpa de tu cerebro.
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