¿A quién no le gusta el queso? El alimento que se obtiene de la leche una vez que ha cuajado es amado por millones de personas en el mundo.
Existe una gran variedad, desde los más suaves como panela o “quesillo” (para que no se enojen los de Oaxaca), hasta los más intensos con fuerte olor y sabor como el queso azul o camembert. ¿Por qué no podemos parar de comerlo? ¿En realidad es adictivo?
¿Qué es la adicción?
La Real Academia de la Lengua Española la define como la dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico.
El mexicano consume mucho queso y tenemos al alcance numerosos tipos de este alimento para saciar cualquier antojo. Hay alrededor de 20 quesos nacionales y es un ingrediente infaltable en nuestra gastronomía.
El queso nos encanta en cualquier presentación, nos da felicidad, nos llena de antojo y lo buscamos en cualquier preparación. Dime, ¿qué alimento no se mejora con queso?
¿El queso es adictivo?
No, en realidad el queso no causa adicción. Como lo definimos en párrafos anteriores, la adicción es una dependencia. La American Society of Addiction Medication (ASAM) lo define como una afección médica con interacciones complejas entre el cerebro, el resto del cuerpo, medio ambiente e incluso genética.
Son cosas mayores. La adicción es un comportamiento compulsivo con el que la persona que lo padece no se puede resistir. Se piensa que quizá este debate inició en 2015 con la publicación de un estudio de psiquiatría social donde analizaron algunos alimentos para definir si causaban algún tipo de adicción. El queso está en la lista.
La Universidad de Michigan también hizo un estudio publicado en un medio español Directo al Paladar donde explicó que todo se debe al elemento llamado “caseína”, proteína de la leche que durante la digestión libera una sustancia denominada “casomorfina” que produce adicción.
Sin embargo, la caseína en el queso es minúscula y no puede afectar a tu cerebro y más interacciones con el resto del cuerpo. Aunque aclaremos que sí causa un sentimiento de satisfacción que provoca lo desees más.
La adicción al queso no está comprobada científicamente, la explicación del porqué nos gusta tanto está en el gusto por su sabor y la combinación con el resto de los ingredientes de nuestros platillos. Nuestro deseo de queso no es adicción, simplemente el antojo de comida rica, así como lo pueden activar otros alimentos que nos hacen querer más.
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