A solo una hora de Montreal, las región de Laurentides en Quebec se transforma cada primavera en un paraíso natural de 22,000 km². Un día puedes deslizarte por las últimas pistas de esquí y, al siguiente, recorrer senderos en bicicleta o sumergir los pies en un río caudaloso.
Esta guía de principios, mediados y finales de la primavera te ayudará a descubrir tu propio pedacito de paraíso canadiense.

El deshielo da vida a arroyos cristalinos, las aves migratorias regresan con su canto y las flores silvestres tiñen el paisaje de color. Desde caminatas a miradores secretos hasta spas nórdicos donde la relajación se mezcla con la naturaleza, esta región ofrece experiencias únicas para aventureros y amantes de la tranquilidad por igual.
Ya sea navegando el río Rouge, disfrutando festivales de temporada o compartiendo historias alrededor de una fogata, la primavera en las Laurentides es un espectáculo que merece estar en tu lista de destinos 2025. Y lo mejor, ¡tu escapada perfecta está a solo una hora de la ciudad!
Principios de primavera (marzo-abril)
Marzo es ese momento mágico en el que el invierno se despide mientras la primavera susurra su primer saludo. Como si la naturaleza no pudiera decidir si mantener su manto de nieve o mostrar sus colores primaverales, el destino brilla con lo mejor de dos mundos.

Aventuras en la nieve
En la primera semana de marzo toda la región sigue siendo un gigantesco parque de juegos invernal con clima envidiable para hacer actividades, que van desde trineo jalado por perros hasta ski de fondo.
El parque regional Val-David-Val-Morin presume de sus 35 km de pistas que prácticamente ruegan por ser conquistadas. Y, si no eres fan del esquí, Glissades Domaine des Pays d’en Haut en Piamonte tiene más de 60 pistas con toboganes para todos los niveles, desde niños pequeños hasta expertos.
Mientras el esquí es parte esencial de la cultura de Laurentides, las últimas bajadas de marzo y abril son especiales para los aman bajar las pistas aún perfectamente nevadas, pero bañadas por un suave sol primaveral. Por ello, la temporada para esquiar dura, al menos, hasta principios de abril (la mejor parte es que el ski-pass diario, con el que podrás experimentar otras actividades como snowtubing, está a un precio reducido por no ser temporada alta).
Tremblant —el resort más conocido de la región con su encanto de inspiración europea, vibrante vida nocturna y actividades durante todo el año— extiende su temporada de esquí hasta el 21 de abril. Además, del 2 al 8 de marzo su Québec Spring Break Entertainment ofrece música en vivo, hockey, fútbol de nieve y otras actividades.
La Caribou Cup en Tremblant (5 de abril) trae toda la energía primaveral. Los participantes se disfrazan para intentar cruzar el agua. El evento se llena de música en vivo y la fiesta sigue después de la competencia.
Mont Blanc (el segundo pico más alto de la región) se deslumbra con descensos con antorchas que iluminan el cielo nocturno. Pero aquí está el verdadero espectáculo: Ski Splash reta a los más valientes a esquiar sobre 30 metros de agua (seguro has visto TikToks).
Para no quedarse atrás, Sommet Saint-Sauveur (que también ofrece ski nocturno) regresa con su Moguls Challenge el 12 de abril, donde los esquiadores muestran movimientos que parecen desafiar la gravedad.
Estos son otros centros de esquí para tener en el radar: Sommet Gabriel, Sommet Morin Heights y Sommet Olympia.
Tradición quebecois: cabane à sucre
Fuera de las pistas, hay algo aún más dulce en el aire. Sí, hablamos de la miel de maple y es que, a medida que el invierno se retira, los arces despiertan y comparten su oro líquido, continuando una antigua tradición transmitida por los pueblos nativos. Las “cabañas de azúcar” abren sus puertas.
La “cabane à sucre” es una pequeña cabaña de madera en un bosque de arces donde se recolecta savia y se hierve para hacer miel de maple. Estas cabañas ofrecen comidas y actividades festivas con temática del maple durante la primavera, invitando a todos a deleitarse con todo infusionado con miel. Empezando por la “tire d’érable”, que se hace hirviendo miel de maple para verterla sobre nieve, donde se hace caramelo
Entre bocado y bocado de delicias tradicionales, estos lugares ofrecen más experiencias como subir a un trineo o probar a extraer el agua de arce que se usa para hacer la miel.
Spas nórdicos
Después de estas actividades, puede que tu cuerpo pida un descanso. Y es entonces cuando el Scandinave Spa Mont-Tremblant se convierte en tu santuario con saunas y cold plujnge, dejando que cada transición libere la tensión.
Otro spa que no puedes perderte es Strøm Nordique Saint-Sauver. Atravesado por el Rivière à Simon, el spa honra la tradición escandinava como el primer spa nórdico de Quebec. Rodeado por árboles, puedes pasar del río al sauna para hacer el ritual tradicional y restaurador de contrastes.
Otros spas son: Moment Spa, Spa Sans Sabot y Spa du Manoir Saint-Sauveur.
Hay hoteles donde el spa al aire libre es todo un highlight como el Estérel Resort, a orillas del lago congelado Dupuis, donde también puedes patinar hacer raquetas de nieve o esquí de fondo en la red de pistas.
Por cierto, en este momento es donde empiezan los grandes eventos de comida. El Marché du Printemps en Sainte-Thérèse (del 29 al al 30 de marzo), donde 80 negocios locales muestran sus tesoros en degustaciones gourmet y productos regionales (desde delicias hechas en casa hasta artesanías como joyería, decoración y productos para el cuerpo). La entrada es gratuita.
Mediados de Primavera (abril-mayo)
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando la Madre Naturaleza pulsa el botón de actualización? Entre abril y mayo, las Laurentides se transforman en un paraíso para los que aman recorrer senderos en busca de una nueva aventura.
Paraíso outdoors
Hablando de hikes… ¿por dónde empezamos? La Reserva Natural Alfred-Kelly, en Piamonte, se siente como una galería de la naturaleza: 16,2 km de senderos que prácticamente te invitan a explorarlos. Y por si fuera poco, Morin-Heights presume con su red de 35 km (sí, has leído bien).
Un imperdible son los senderos señalizados del Domaine Saint-Bernard, donde puedes hacer una pausa en el refugio Herman-Deshaies y disfrutar de ese pícnic soñado mientras contemplas el baile del Rivière du Diable.
Sentier des Cimes en Mont Blanc se ha vuelto nuestro lugar favorito para vistas en medio del bosque. Es un sendero corto (accesible para todas las edades) que te lleva por una pasarela de madera entre las copas de los árboles hasta las torre de 40 metros. Con actividades especiales como sus conciertos, su celebración de pascua, eventos para yoga y amaneceres, este lugar podría brindarte los mejores momentos para contemplar de la vacación.
Si disfrutas de la aventura con un extra de adrenalina, los tours en vehículos todoterreno Side-by-Side son ideales. Y ni hablar de las Mega Tirolesas de Tyroparc: imagina volar por el aire primaveral (pero con mejor equipo de seguridad).
Vida salvaje y migración de aves
Un pequeño secreto: abril es cuando a los aficionados a la pesca les brillan los ojos. La trucha de arroyo y la lucioperca americana prácticamente juegan al escondite en las aguas recién descongeladas. Recuerda llevar tu licencia de pesca: estas aguas son tesoros que debemos proteger.
¿Y que hay de la vida salvaje? Con 650 especies animales que habitan Quebec (incluyendo 90 mamíferos y 300 aves), te espera una sorpresa. Observa el regreso de las aves migratorias en sus rutinas matutinas, atrapa ciervos de cola blanca a mitad de un lunch o, si tienes mucha suerte, presencia a un alce.
Ya sea que estés conquistando las alturas panorámicas de La Grande Brulée o relajándote en Les Ruisseaux, la mitad de la primavera en las Laurentides ofrece la combinación perfecta de aventura, naturaleza y encanto local. Créenos, tu Instagram no sabrá qué la impactó.
Finales de primavera (mayo-junio)
Aquí, las Laurentides finalmente se despiertan de su letargo invernal. Mayo y junio pintan la región con sus colores más vibrantes. Con días más largos y cálidos es el mejor momento para los aventureros al aire libre.
Paisajes idílicos (verdes y nevados) para ciclismo
Hablemos de Le P’tit Train du Nord: la verdad es que llamar a esta ruta de 234 kilómetros, desde Bois-des-Filion hasta Mont-Laurier, simplemente una ciclovía se queda corto. Imagínate pedaleando por pueblos de postal, parando en cafés locales que huelen a gloria y descubriendo joyas ocultas por el camino. La mejor parte es que puedes pasar la noche en los lugares insólitos y ecológicos como Hôtel UNIQ (en Mont-Tremblant) o Les Toits Du Monde (en Nominingue).
No tienes que llevarte tu bici de viaje, hay varias tiendas de alquiler de bicicletas como Cycles Cadieux en Saint-Jérôme, Espresso Sports en Sainte-Adèle y Expérience SK en Mont-Tremblant.
Para pequeños ciclistas en entrenamiento, el parque Domaine Vert en Mirabel los recibe con los brazos abiertos y con la paciencia de sus instructores.
Playa, golf y otras actividades en familia
Para amantes del golf, la temporada empieza en mayo. El Club de Golf de l’Hôtel du Lac Carling en las Laurentides Inferiores es la excusa perfecta para una escapada con amigos (ya sabes, esa que llevas tiempo prometiendo planear).
Familias, Laurentides también las tiene cubiertas. El Parque Nacional de Oka y el Parque Nacional de Mont-Tremblant ofrecen esos tranquilos paseos en bicicleta que hacen sonreír a todos. Los campamentos de verano convierten la naturaleza en la escuela más épica con exploraciones en el bosque, tiro con arco y pesca en el menú diario. Por cierto, para un plan gastronómico, apunta: el Grand PoutineFest en Saint-Jérôme (del 5 al 8 de junio); es básicamente el festival del platillo québécois que consiste en papas fritas cubiertas con queso y salsa marrón.
Y justo cuando piensas que no podría mejorar, llega la temporada de playa. A mediados de junio, los salvavidas toman sus puestos para los días cálidos. Y, créenos, no hay nada como ver el atardecer pintar el agua mientras tus pies juegan en la arena.
Si hablamos de aventuras acuáticas, el Rivière-Rouge no es solo un arroyo bonito, sino que sus rápidos de clase 3 y 4 te aceleran el corazón. Entre descargas de adrenalina, sus playas de arena dorada te invitan a dejarte llevar por la corriente o a probar el bodysurf.
A las orillas de este río, también hay opciones de hospedajes para sumergirte completamente en la naturaleza como Kayak & Cabana, en Labelle.
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