Muchas veces hemos sentido que algo no saldrá como lo esperábamos o simplemente pasa alguna situación que provoca tener la cabeza dando vuelvas de cómo pudiste hacerlo mejor. Esos pensamientos obsesivos por querer alcanzar la perfección haciendo creer que pudiste hacerlo mejor si hubiera ocurrido de otra manera. A eso se le llama rumiación mental y puede jugarte muy mal si no le pones un freno a tiempo.
La rumiación mental suena como algo que todos hemos pasado y es verdad, es como esa frase en la que hablan sobre una pequeña bola de nieve que puede crecer y convertirse en algo enorme. Por eso, es importante darse cuenta y ponerle un freno, si se le permite con frecuencia, lo único que harás al paso del tiempo será lastimarte. Causarte dolor y no podrás frenarlo cuando esos pensamientos sean demasiado complicados. ¡Te compartimos algunos factores que influyen!
¡Pon un alto!
Lo primero que se debe hacer es identificar que algo no anda bien con tus pensamientos. Ponle un alto desde un inicio para que no se convierta en algo recurrente. Solo tú sabes que sientes, así que en lugar de darle vueltas por lo que no hiciste o lo que pudiste hacer mejor, enfoca esa energía en todo lo bueno que si lograste hacer. Marca la diferencia entre lo malo y convierte cada pensamiento en una manera de agradecer.
Desahógate
Una manera fácil para evitar que tus pensamientos se acumulen y se convierta en una revolución emocional, es darte un detox eventualmente, ya sea que escribas en un diario como te sientes o grabes una nota de voz hablando contigo mismo para no cargar con esas cosas que vives y no te hacen sentir bien. El punto es soltar todo esa carga del día acumulada ya que no vamos a mentir, no se trata de días buenos o malos, en uno solo podemos experimentar múltiples emociones que nos hagan sentir, triste, feliz, enojado, emocionado, etc. así que es mejor ir soltando todo eso para evitar caer en rumiación mental.
Presta atención al ahora
La mejor manera de evitar la rumiación mental es mantenerte en el presente. Si le permites a tu cabeza que comience a crearse historias del pasado con cosas que hubieras cambiado de ti. Lo único que haces es alimentar ese pequeño miedo o inseguridades internas. Es mejor sentirse seguro y bien con lo que vives hoy, a lastimarte por cosas que no están en tus manos controlar o cambiar. Triste o no, no existe una maquina para viajar en el tiempo que nos permita corregir nuestros errores. Es mejor enfocarse en lo que sí puedes hacer en el aquí y ahora.
Ten a la mente ocupada
Una manera fácil de sentirte bien con tus emociones es mantener la mente ocupada haciendo diferentes actividades que te hagan despejar la mente y mantenerte alerta. No es necesario que sean las mismas que las que tus amigos hacen, cada uno puede bailar, cantar, toma clases de natación o incluso jugar juegos de mesa o resolver acertijos para agilizar las ideas. El punto es no quedarte en cama llorando o triste por los pensamientos negativos. Trata de hacer algo que te haga feliz y active tu mente.
Tomar terapia
Así como hay cosas que puedes hacer para sentirte mejor, también una prueba muy grande al amor que te tienes, es ir a terapia si sientes que es algo que te esta sobrepasando. No es lo mismo tener un pensamiento obsesivo por tener el control un día a dejar que te sobrepase diario. Debes saber cuando ceder y buscar ayuda. Así que no lo veas como algo mal, si crees que necesitas ayuda, ve con un especialista y expresa todo lo que sientes.
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