Estamos acostumbrados a pensar que un detox es una experiencia física. Una forma de eliminar todas las impurezas ingeridas, inhaladas, absorbidas en la vida diaria que nos ayuda a purificarnos de sustancias como alcohol, drogas, cafeína, azúcar, humo, pesticidas, parásitos y productos químicos agresivos. Pero casi ignoramos la importancia de hacer un detox emocional, donde nos limpiamos de lo que hemos consumido mental, emocional y energéticamente para poder vivir más ligeros y con menos estrés.
El detox emocional o desintoxicaciones emocionales tienen poco que ver con lo físico y todo que ver con nosotros como ser espiritual (aunque sí podrías ver efectos físicos). Igual que con los alimentos sobreprocesados que no son fáciles de digerir y agotan la energía, nuestras emociones pueden estar sobreprocesadas al pensar y pensar, que se vuelven antinaturales y nos alejan de vivir más felices. Lo bueno es que podemos liberarnos de lo tóxico, que no quiere decir deshacernos de nuestras emociones.
Este detox emocional es una práctica sistemática y consciente para purificar las emociones no digeridas y sobreprocesadas, liberándonos de la ilusión de que estamos separados del amor. Nos regresa a nuestro estado natural de alegría. Seguramente puedes identificar cuando esto está pasando: nos sentimos extraños, incómodos, ajenos. Ahora, podrías pensar que el objetivo de una desintoxicación emocional es deshacerse de todo: dolor, dolor, culpa, tristeza y estrés, porque cuando no se resuelven, estas emociones pueden enfermarnos, pero no es así.
Necesitamos procesar adecuadamente nuestras emociones. Y procesar las emociones quiere decir que no seamos reactivos a ellas (o a las circunstancias) sino que las dejemos pasar por nuestro cuerpo, sentirlas, y luego salir (como toxinas). Cómo reaccionamos ante lo que sucede es la clave para llevar una vida más feliz y llena de amor. Si nos sentimos enojados y reaccionamos desde ese lugar, no va a traer nada bueno, sólo será una bola de nieve de emociones negativas que hará más daño a todos.
Aquí está la cosa: nuestras emociones tienen valor sin importar cuán dolorosas o perturbadoras puedan ser. Debemos darles espacio. Suprimirlas, adormecerlas o alejarlas solo retrasará sus efectos. En lugar de una limpieza con jugos, piense en una desintoxicación emocional como una limpieza de reacciones, en la que eliminas los altos niveles de estrés, preocupación y actitudes defensivas. Al hacer este detox emocional, abrimos espacio para tener reacciones relevantes y aprender lo que tengamos que aprender sin salir golpeados en el proceso.
Debe estar conectado para enviar un comentario.