La voz flamenca de Rosalía enamora desde el primer segundo. Estamos lejos de la época en la que los géneros eran puristas, y hoy ella es una estrella que mezcla la música catalana con el pop, trap, electrónica y reaggeton.
Esta multifascetica mujer es símbolo de lo que viene, refleja el gusto de muchas personas que no se encierran a un tipo de música, y que aunque tienen preferencia por ciertos sonidos, pueden fluir con facilidad. Aunque El Mal Querer y Motomami tienen la esencia de la cantante, sus colaboraciones han llamado la atención de todo el mundo porque simplemente no se pueden encasillar.
Pero, ¿por qué amamos tanto esas colaboraciones? Antes de llamar la atención del mundo entero, España conoció a Rosalía, y aunque sabían que tenía un futuro brillante por delante, fue su colaboración (y relación sentimental) con C. Tangana, uno de los nombres más importantes del trap a nivel mundial.
Su primer disco le valió una nominación al Grammy Latino y el reconocimiento español –un público bastante difícil, sobre todo con sus propios cantantes–, pero al colaborar con Tangana fue cuando el estilo de la cantante se fincó para la audiencia internacional.
Entre el trap y el pop, la voz flamenca de la cantante sabe a perfección. No hay una historia oficial, pero la relación personal entre ambos los llevó a trabajar casi todo el segundo disco de Rosalía, El Mal Querer, y a entregarnos una de las mejores obras de la música en español del siglo XXI.
Su primera colaboración con J Balvin llegó en el álbum Vibras, donde el colombiano demostró que la música en español puede dominar el mundo. La sutileza en el ritmo demuestra que si bien Balvin era la mente creativa, Rosalía siempre mantiene el control sobre lo que canta. Sin entrar de lleno en el reaggeton, esta canción sirvió como antesala para su verdadera colaboración, Con altura.
Producida por El Guincho, quien también trabajó con la cantante en El Mal Querer, esta canción realmente llegó para quedarse en la pista. Más allá del hype que dos músicos como ellos pueden causar, el ritmo de la canción la hacen perfecta para cantarla a todo volumen y claro, bailar y entregarlo todo.
Eso es lo que nos hace amar las colaboraciones de Rosalía. No importa si te hacen llorar o bailar, siempre te harán cantar. Así lo demostró en otra colaboración, una que realmente nadie esperaba. Barefoot in the Park, del músico inglés, James Blake, no fue un éxito inmediato, pero sin duda se trata de una de las colaboraciones más trascendentales, pues demuestra que Rosalía es capaz de adaptar incluso los sonidos más ajenos a lo que se cree de ella, y convertirlos en una canción inolvidable.
El trabajo de la española con Ozuna en Yo x Ti, Tu x Mi, ya nos hizo ver que las baladas siempre son una buena opción. Claro, al tratarse de los dos cantantes el resultado fue una balada con tintes energéticos. Hace mucho habría parecido extraño, pero conociendo la carrera de Rosalía, sabemos que lo inesperado siempre es mejor.
Ahora que Rosalía es una estrella global, cuida mucho más sus colaboraciones, pero eso no impide que trabaje con los artistas que más admira, como es el caso de su canción con Tokischa. Linda es una canción llena de fuerza y sabor, algo necesario después de un año y medio sumergidos en la pandemia. ¿Cuántas personas no hablan de que en la fiesta besan a sus amigxs? Rosalía lo normaliza en esta canción.
Desde entonces Rosalía se ha convertido en un ícono a nivel mundial. No solo Motomami fue uno de los mejores discos de 2022, en los últimos años ha colaborado con las voces más grandes de la industria. Bad Bunny, Billie Eilish, Travis Scott y ahora incluso con Björk. Con el lanzamiento de oral, Rosalía demuestra que nadie, ni siquiera alguien tan lejana a su música como lo es Bjôrk, se puede resistir a la magia que la cantante puede brindar a una canción.