Evolucionamos gracias a que somos seres sociales. Sí, hay muchas otras razones por las que lo hicimos –nuestra alimentación y nuestra capacidad de supervivencia sobre otras especies también ayudó–, pero sin duda el que nos formáramos como sociedad y creáramos vínculos con otros seres humanos es lo que nos transformó de un grupo de cazadores recolectores a la especie dominante del planeta.
Entonces, ¿por qué después de apenas un cuarto de siglo parece que comenzamos a perder muchas de nuestras habilidades sociales? Si tienes más de 25, piénsalo, recuerda cómo poco a poco esos planes de viernes por la noche, donde tenías, dos, tres o hasta cuatro fiestas con distintos grupos de amigos se fueron reduciendo hasta que llegó el momento en que simplemente ibas de tu trabajo a tu casa sin ninguna llamada para salir. Si tienes menos de 25, disfruta mientras puedes, porque no es una idea nueva, es una realidad, pronto tu lista de amigos cercanos se reducirá.
Según un estudio de la Universidad Aalto de Finlandia, en colaboración con la Universidad de Oxford, los 25 años son el pico de nuestra promiscuidad social, desde entonces comenzamos a perder lazos con muchas personas que antes considerábamos cercanas.
Esta tendencia continúa hasta la tercera edad, en la que nos quedamos prácticamente sin amigos y claro, en la mayoría de los casos las pocas amistades que conservamos son de nuestra edad, pocas veces creamos nuevos lazos con personas más jóvenes.
Pero antes de irnos tan lejos. A los 25 años esta tendencia afecta mucho más rápido a las mujeres, pues mientras antes podían contactar a decenas de amigos y amigas, ahora sólo hablan con un promedio de 17.5 personas al mes, mientras que los hombres lo hacen con 19.
Todos lo hemos escuchado: “ya no estoy para relaciones que no van a ningún lado”. Y es cierto, la gente pierde amigos porque empieza a darle más valor a su proyecto de vida y no a los planes del momento.
La gente comienza a notar que más “amigos” no implica más felicidad, y al contrario, centrarse en proyectos personales, laborales, hobbies y sólo en un pequeño núcleo de relaciones significativas es mucho más enriquecedor.
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