Tenemos todo este concepto un poco tersgiversado. Primero, puede sorprenderte descubrir que todos los humanos poseen poder masculino y femenino, independientemente de su género, antecedentes o educación. No importa qué activadades hagas, cómo te vistas o veas o hagas llamar, todos los seres humanos tenemos ambas energías. El poder femenino no tiene nada que ver con ser mujer o incluso ser lo que tradicionalmente podemos considerar como “femenino”.
Para definir qué es el poder femenino, primero debemos entender las cualidades femeninas que cada uno de nosotros posee. Y entender cómo no existe una sin la otra. ¿Qué es el poder femenino? Es el equilibrio del poder masculino, el yin y el yang, básicamente. Vivimos en un mundo donde la sociedad sobrevalora las cualidades masculinas. Sin embargo, comienza a haber cambios en el mundo, y vemos más y más la necesidad de equilibrar ambas partes de la ecuación. Para ser completos y equilibrados, tenemos que potenciar tanto nuestras cualidades femeninas como nuestras cualidades masculinas.
Culturalmente, tendemos a descartar las cualidades “femeninas” como débiles o inservibles. Pero, para ser completamente honestos, este mundo donde dominan las energías masculinas (por decir lo menos) no ha resultado tan maravilloso, porque está fuera de balance. El poder femenino es un elemento realmente importante, pero es difícil de medir. En algunos casos, incluso es difícil de definir.
El poder masculino es externo y agresivo. El poder femenino tiene más que ver con la calidad que con la cantidad y, por lo tanto, es más difícil de cuantificar. El poder femenino tiene que ver con la inclusión y la conexión. Es casi más etéreo, silencioso y misterioso. Y así, especialmente, el lado de cuidado y sustento actúa como el complemento perfecto para el poder masculino. Es el lado más suave, más tranquilo. Es como un nido, es el lugar donde a base de amor y cuidados, crecemos y prosperamos.
En la historia de la humanidad, han cruzado guerreros y maestros importantísimos que lograron cosas increíbles a través de su poder femenino. Son personajes que descubrieron lo poderoso que puede ser el amor y la compasión. Hay poder en el ser. Hay poder en el silencio. Estas son dos cualidades femeninas que inicialmente no podemos considerar poderosas, pero a medida que las exploramos, la fuerza se hace evidente. El poder femenino se centra en los sentimientos y las emociones. Y todo ser humano tiene la capacidad de ambos, pero, por supuesto, no siempre los usamos.
Cuando el poder femenino y el masculino se unen, es cuando existe una fuerza real y un poder imparable. Combinando ese poder y fuerza masculina con valores femeninos es donde realmente lo ves. Ahí es cuando realmente empiezas a entenderlo.
Debe estar conectado para enviar un comentario.