Cuando imaginamos a una persona altamente productiva, es común pensar en alguien que se enfoca sin esfuerzo en el trabajo y nunca sucumbe. La realidad es que las todos nos enfrentamos por igual ante la procrastinación, pero hay quienes saben manejarla mediante el uso de un enfoque calculado. Primero, entienden por qué postergan sus responsabilidades, y luego aplican estrategias para evitarlo.
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La clave para vencer la procrastinación es entender que está completamente relacionada a las emociones. Pero si ponemos atención y usamos la conciencia, entonces cada vez será más difícil “perder el tiempo”. Para lograrlo, a continuación te compartimos estrategias que te ayudarán a darle la vuelta a este ciclo y lograr una mayor productividad en tu día a día.
Identifica cómo estás realmente
No podrás dejar de procrastinar hasta que primero tengas una comprensión firme de por qué lo haces. La investigación de Joseph Ferrari en la Universidad DePaul muestra que la postergación es más complicada de lo que la mayoría de la gente piensa. Creemos que procrastinar proviene de una mala gestión del tiempo o de la flojera, pero Ferrari muestra que proviene de emociones negativas que afectan tu estado de ánimo. Una vez que estás bajo la influencia de estas emociones, no puedes trabajar.
Aplica inteligencia emocional
Para derrotar a esta simple cuestión de salir de un ciclo negativo, debes tomar el control de tu estado de ánimo con inteligencia emocional. Con las estrategias correctas en su lugar, puedes cambiar esas tendencias.
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Quita tus obstáculos
Antes de comenzar una actividad, toma un momento para considerar cuidadosamente los obstáculos que te impedirían entregarte a hacerla. Luego, desarrolla un plan para asegurarte que desaparezcan. Es posible que tengas instrucciones en tu correo y, si no haces nada al respecto, volverás a tu mail para verlas sin hacer nada. Planea con anticipación, al hacerlo, puedes mantener tu enfoque y evitar retrasos. Es mucho más difícil recuperar el enfoque que mantenerlo.
Trabaja en el entorno adecuado
Incluso si haces todo lo demás correctamente, trabajar en el entorno equivocado puede hacer que sucumbas a los retrasos y postergaciones. Esto significa mantenerte alejado de la televisión, electrónicos, amigos y lugares ruidosos. Esto no es lo que funciona para todos, pero debes ejercer disciplina en el entorno adecuado para ti.
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Disfruta de pequeñas victorias
No hay nada como tachar tu lista de tareas pendientes. Para evitar los retrasos, debes experimentar este sentido de éxito al seguir su progreso cuidadosamente. Las pequeñas victorias construyen nuevos receptores de andrógenos en las áreas del cerebro responsables de la recompensa y la motivación.
Evita el perfeccionismo
Solemos congelarnos cuando es hora de empezar, porque sabemos que nuestras ideas no son perfectas y que lo que producimos podría no ser bueno. Pero, ¿cómo puedes producir algo increíble si no empiezas y le das tiempo a tus ideas para evolucionar? Todo se resume a: “Puedes editar una página defectuosa, pero no puedes editar una página en blanco”.
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