Hablamos de la industria del lujo en nuestro país con Alejandra Laviada
Alejandra Laviada de Pantera en entrevista para The Happening.

Por Alba Aguilar

Hay muchos países alrededor del mundo en donde la industria del lujo es parte de su cultura. Lamentablemente en México no es así. O más bien no ha sido así… hasta ahora. Luxury Lab México es una de las pruebas de que este sector existe y está creciendo con mucha fuerza.

Para confirmarlo, platicamos con Alejandra Laviada, una de las fundadoras y diseñadoras de la marca Pantera. Una firma creada hace 10 años, que se ha posicionado como una de las más importantes en el país, por la gran calidad y propuesta estética en cada una de sus colecciones:

¿Cómo surgió la idea de Pantera?
Laura mi hermana, y yo crecimos con el ejemplo de una mamá emprendedora, trabajadora, que estuvo muchos años en el mundo editorial. Entonces crecimos con mucha sensibilidad de moda, arte, música… Ese fue un poco nuestro entorno. Laura fue editora de Harper’s Bazaar México varios años. Yo tengo un perfil en artes plásticas. Y un juntamos nuestros intereses en un momento de transición en nuestras vidas. Dijimos “vamos a hacer esto”. Empezó como una idea. Nunca nos imaginamos ni nos propusimos crear una marca, ni llegar a donde estamos ahorita. Realmente fue, “vamos a hacer este proyecto juntas”. Nos parecía divertido. Empezamos a aprender muchísimo de pieles y así surgió Pantera.

¿Por qué Pantera?
Porque estamos pensando en una mujer que fuera sofisticada, elegante, con garra. Que fuera como edgy pero no cursi. Que fuera agresivamente femenina.

¿Cómo ha evolucionado el proceso de diseño desde que empezaron, hasta ahora?
Empezamos sin un taller. El taller lo abrimos unos años después, entonces eso nos abrió muchísimo las puertas para involucrarnos más en la parte de diseño. Estamos realmente metidas en todos los procesos de hacer cualquiera de nuestros productos. Por lo mismo controlamos mucho la calidad, los materiales, la mano de obra. Eso es algo que distingue a Pantera de otras marcas. Por otra parte, así como la relación de hermanas es muy natural, así es nuestro diseño. Yo empiezo con una idea, Laura la complementa, o viceversa. Realmente no hay una bolsa que yo diga “este es mi diseño” o “este es tuyo”, los diseños casi siempre los hacemos entre las dos. Y surgen muchas ideas de acuerdo a las necesidades que vemos. La línea de casa surgió porque nosotras buscábamos algo y no lo encontramos, y la línea de hombre también.

¿Todos los materiales que se usan son de origen mexicano?
Algunas pieles vienen de Italia y las exóticas vienen de todas partes. Pero lo que si diseñamos mucho que trabajamos con la tenería, entonces hacemos creaciones únicas. Igual los herrajes, los diseñamos nosotras mismas. Tratamos de buscar materiales de super calidad. Es la esencia de todo.

¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que has tenido durante estos 10 años de salir con una idea casual, a llegar a donde están?
Todos los retos han sido oportunidades. Ha sido una curva de aprendizaje bastante profunda.

¿Aplica el ‘prueba y error’?
100% en muchas cosas. La verdad Laura y yo hemos ido dando pasos chicos con la marca. No hemos querido comernos el mundo antes de tiempo. Tal vez en estos 10 años pasamos por muchas cosas en nuestras vidas personales, crecimos las dos como personas, y siempre hemos querido ser intuitivas. Queremos tratar de tomar decisiones de negocio que se sientan las correctas en ese momento. Conocemos nuestro producto, su potencial, y nos entusiasma como está creciendo el mercado de lujo aquí. Sentimos que el timing de la marca con lo que está viviendo México es el correcto.

¿Cuál es el valor agregado de Pantera?
Ser una marca 100% mexicana. Siempre existe la opción de buscar un taller en China o en Italia, donde tu quieras. Pero no va con nuestra filosofía de marca. Para nosotros ser un producto de origen nacional, el tratar de comunicar que en México existe el lujo, existe calidad, existe sofisticación… es bien importante. Es el ADN de la marca. También la parte artesanal es la clave. Cada piel es distinta. Cuando usamos pieles exóticas, respetamos el material. Adaptas el diseño al material. Siempre intentamos resaltar esa obra artesanal.

¿Cómo seleccionan una estética o silueta para definirla como ‘signature bag’?
Por demanda. Las clientas las piden. Incluso ha habido bolsas que pensábamos que íbamos a dejar de hacer. Son contadas las que hemos dejado de signature bags y solo cambian las pieles o los materiales. El mercado las convierte en una bolsa ícono.

Y los nombres de las bolsas…
Todos son nombres de mujeres. Somos de una familia de mujeres. Mi papá está muy presente pero está rodeado de mujeres. Las bolsas van un poco con la personalidad de amigas que conocemos, clientas, gente que tenemos trabajando en la tienda… De hecho no hay ninguna bolsa Laura ni Alejandra, ahora que lo pienso.

¿Qué representa para el mercado internacional que un producto sea 100% mexicano?
Para ellos lo importante es que esté hecho a mano, que sean materiales de alta calidad. Yo creo que el origen les da igual. Laura y yo siendo mexicanas, es importante crear fuentes de empleo aquí, preservar la tradición artesanal. Como mexicanas es importante nuestro origen, pero para la gente de fuera, lo importante es la calidad. Para nosotros es y seguirá siendo un reto que la gente nos crea que “piel”, “hecho en México” y “producto de lujo” vaya en el mismo enunciado.

¿Cómo crees que podamos juntar esas palabras para que el mundo se entere que sí hay lujo en México?
Tu no los puedes convencer hablando. Tienen que ver el producto, tienen que vivirlo. Mientras sea un producto bueno, el comunicar que en México hay lujo vendrá de la mano.

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