Cuando se trata de herramientas de jardinería para el mantenimiento de plantas, todos sabemos lo básico: algo de fertilizante, una regadera, tal vez algunas tijeras. Pero hay un instrumento menos conocido pero esencial para ayudar a las plantas de interior a alcanzar su mayor potencial ecológico, y seguramente ya está en tu cocina, enterrado en el fondo de algún cajón: los palillos “chinos”.
Los palillos “chinos” o más bien conocidos como Ohashis pueden hacer toda la diferencia. ¿Hiciste un pedido de comida y tienes un par por ahí olvidados? Es momento de rescatarlos y usarlos para revivir y mejorar la salud de tus plantas. A las plantas de interior sedientas les encanta “tomar” agua, pero toda esa humedad puede eventualmente afectar el suelo circundante. Si observas bien probablemente hayas notado que la tierra en las macetas se vuelve más densa y más dura al tacto con el tiempo. Eso debe repararse y es muy fácil.
Cuando estos círculos comienzan a endurecer, se absorbe menos humedad, dejando pequeños charcos de agua en la superficie. Este es el resultado de un proceso natural llamado compactación del suelo, en el que la tierra se comprime después de varios riegos. El suelo comprimido está lleno de obstáculos que impiden que el agua y los nutrientes lleguen a las raíces, por lo que eventualmente puede retrasar el crecimiento de las plantas. Los palillos tienen el tamaño y la forma perfectos para abrir e introducir más aire en el suelo compactado, actuando como lo harían los gusanos y otros insectos en la naturaleza.
Una forma de comprobar la sequedad es sondear la tierra con un palillo, sintiendo lo compactado que está. Hay plantas más vigorosas como las suculentas que pueden prosperar en suelos más duros, pero la mayoría de las variedades frondosas (filodendros, monsteras, potos, etc.) prefieren un hogar más ligero y suelto. Entonces, si sientes que la tierra se está compactando, dale algunos pinchazos suaves con el tu herramienta de jardinería nueva antes de regar.
Una vez que el palillo llegue al fondo, gira ligeramente para introducir más bolsas de aire en la tierra. No es necesario exagerar, y dos o tres pinchazos en total alrededor del perímetro son suficientes para plantas de tamaño mediano. La ubicación de los hoyitos no importa tanto, pero si sientes algún tipo de resistencia significativa, muévete ligeramente para evitar dañar el sistema de raíces. Las raíces son bastante resistentes, así que si por algo las pinchas, no pasa nada grave, pero igual no querrás violentarlas. Una vez que las bolsas de aire estén adentro, puedes continuar y regar la planta como de costumbre. Este hábito debería mantener la tierra en forma, pero aún así tendrás que cambiarla eventualmente. Una vez que tu planta cumple un año en el mismo suelo, es hora de trasplantarla en una nueva tierra.
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