La mayoría de las personas que nos rodean se la viven en el celular y es difícil entablar una conversación sin tener un sin fin de distracciones. Sin embargo, aunque esto parezca norma, la realidad es que no lo es. Las cosas han cambiado mucho.
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El rápido avance de la tecnología y la gran ansiedad que tenemos de estar conectados 24/7 y tener acceso a lo que queremos con tan solo un click ha creado que vivamos en una realidad prácticamente virtual. Si nos ponemos a pensar, hoy en día es rara la persona que disfruta una experiencia al 100% sin tener que anunciarlo en sus redes sociales.
Con el paso del tiempo y los ajustes que han tenido las diferentes generaciones, esta realidad alterna se ha convertido en algo completamente normal. Pero, cada vez son más las personas que deciden eliminar sus cuentas en diferentes aplicaciones, pues sienten que les quitan paz y les hace perder su valioso tiempo.
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Eso sí, hay otra parte que piensa lo contrario. Ver todo a través de la pantalla, grabar o fotografiar lo que los rodea es su día a día es parte de su vida, pero tiene una razón patológica. Está científicamente comprobado que existe una adicción a la tecnología y a las redes sociales, y por fin tiene un nombre que la describa, nanofobia.
El término surgió luego de que varios estudios revelaron que el uso de Facebook, Twitter o Instagram libera dopamina tal y como sucede cuando se ingiere alcohol. Su significado es “no-mobile-phone phobia” y es un mal moderno que –más de uno– sufre en la actualidad
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Algunos de los síntomas tiene esta fobia es estar en contacto 24/7 con tu celular y esto causa dolores de cabeza, ansiedad, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o estómago y hasta taquicardia. Esto se debe a la enorme dependencia que se crea con el uso de aplicaciones y la búsqueda constante de perfección para mostrarlo en las redes sociales.
Si te identificaste o crees que estás a punto de caer en esto, te recomendamos tratar de disminuir el uso de tu celular para que el problema no se haga más grande. Aunque no es algo fácil y ahora parece ser de lo más común, es mejor ser consciente para no ser prisionero del mundo digital.
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