Pocos artistas han evolucionado como Natalia Lafourcade. Una estrella pop en su inicio, poco a poco se situó en la escena alternativa y se consolidó como una de las voces más originales de México, pero eso no fue suficiente para ella, ahora es una de las representantes más importantes de la música tradicional mexicana a nivel mundial.
Desde su homenaje a Agustin Lara, la música de Lafourcade se transformó, con Hasta la raíz, nos demostró que el folclore puede sonar en las listas de éxitos y ahora, con este disco, no sólo continúa ese viaje, lo hace con causa.
Este disco nació a partir del apoyo que buscó para la reconstrucción del Centro de Documentación del Son Jarocho, uno de los inmuebles que fueron gravemente afectados en el terremoto del 2017.
A partir de las sesiones para un concierto especial en el Auditorio Nacional, Lafourcade tuvo la idea de un nuevo disco, un recorrido por México a través del sonido, el resultado es Un canto por México, compuesto de canciones tradicionales de la tierra que la vio nacer, así como algunos de sus grandes éxitos de esta última faceta.
Sin embargo, lo que más emociona a muchos son las dos canciones inéditas, la primera es “Una vida”, en la que el sonido del mariachi acompaña a esta melancólica canción que no es difícil imaginar en el soundtrack de la película Coco. La otra es “Mi religión”, un poema de amor a la música, lo que la artista respira y por lo que vive.
El video de esta canción la muestra en las calles de Guanajuato y San Miguel de Allende, así como en mercados e incluso en pequeños camiones turísticos que hacen que todo parezca surreal, ver un estreno así en medio de una pandemia global. De acuerdo a Natalia, durante un tiempo no sabía si era buena idea sacar el disco ante esta situación, pero parece que así como muchos de sus fans, supo que es mejor darnos una razón para ser felices que esperar a que las cosas volvieran a la normalidad.
El disco cuenta con la participación de Meme, Panteón Rococo, Los Cojolites, Jorge Drexler, Carlos Rivera, Leonel García y los Auténticos Decadentes. Los últimos consiguieron su participación al ser vecinos de grabación en el estudio durante la producción de este disco.
Un canto por México tenía una función social, apoyar a la reconstrucción de un lugar azotado por la tragedia, ahora el disco llega en medio de otra tragedia, por lo que más allá de un canto por México, se convierte en un símbolo ante la adversidad.
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