Mitos y verdades del chile en nogada (empezando por su origen)

En plena temporada del insuperable chile en nogada, no faltan los puristas que defienden a muerte el arte del platillo tradicional y su origen. Entre tantos lugares que ofrecen variaciones en los ingredientes, y al parecer una lista interminable de opciones “sabor chile en nogada”, nos preguntamos: ¿qué hace a un chile en nogada realmente tradicional?

Seguramente estas datos te sorprenderán, como a nosotros. Estos son los mitos y verdades… y sí, todo este tiempo vivimos engañados sobre la verdadera historia de su creación.

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El origen del chile en nogada no es como te lo contaron

Seguramente te dijeron que las monjas agustinas del convento de Santa Mónica lo inventaron

para celebrar la Independencia de México en 1821 y el cumple de Iturbide ¿cierto? Falso, se hizo popular porque se lo sirvieron al emperador pero ya se consumía por familias poblanas. 

Se supone que en Nueva España, donde los andaluces tenían trucos reposteros árabes, las monjas que cocinaban para la fiesta del patrono San Agustín el 28 de agosto preparaban un chile relleno de frutas, capeado y bañado en salsa de nuez como postre. 

Claro, al servirlo a Agustín de Iturbide, las monjas sí dijeron algo así como: “Mire, señor, como los colores de la bandera del Ejército Trigarante”.

Sí, esta receta primero fue postre

El chile relleno de frutas, capeado y bañado en salsa de nuez como postre se volvió plato fuerte a partir de la Conquista, gracias a que los españoles trajeron el cerdo al continente.

Oficialmente, ¿cuál es la temporada para disfrutar este platillo?

Aunque sabemos que hay restaurantes que ofrecen el chile en nogada en diferentes iteraciones todo el año, la receta tradicional únicamente puede disfrutarse a mediados de julio y a principios de septiembre, el mes ideal es agosto (esto coincide con la temporada de sus ingredientes).

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¿Cuáles son los ingredientes oficiales?

Aunque “puedes agregar todo tipo de fruta”, lo que hace esta receta Patrimonio de la Humanidad es que son ingredientes de la zona Izta-Popo. Y sí, la única nuez debe ser de Castilla. Experiencias como @guardianescalpan te llevan a la cuna del platillo para aprender de sus orígenes (mitos y realidades) y el campo que lo produce: Calpan, Puebla.

¿Capeado o sin capear?

Como la receta original, “a un chile sin capear (aquí y en todos los lugares) le falta un reboso para ser poblano”.