Cuando haces ejercicio, tus músculos se contraen y se alargan, lo que hace que liberen ácido láctico y puede hacerte sentir rígido y con dolor. Y sí, para muchos es un “dolor rico”, pero puede impedir que hagamos nuestras actividades con normalidad y bastante incómodos.
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Los estiramientos aumentan el flujo sanguíneo a los músculos para aliviar esta rigidez, alargar los músculos y mejorar su flexibilidad para un mayor rango de movimiento (y menor riesgo de lesiones). Por eso, todos los entrenadores hacen tanto énfasis en la importancia del estiramiento inicial y final. Pero si aún estás muy adolorido, estos estiramientos pueden ayudarte.
Pinza parada (Uttanasana)
Parado con los pies abiertos al ancho de las caderas, estira los brazos al cielo y comienza a bajar para llevar la frente hacia tus rodillas. Baja tanto como sientas cómodo y flexiona ligeramente las rodillas para no lastimarte.
Perro boca abajo
Comienza en posición de plancha, con los brazos debajo de los hombros y los pies abiertos. Lleva tu frente hacia las rodillas (no vas a llegar, es sólo el movimiento), subiendo los huesos de la cadera hacia el techo. Si sientes más cómodo, los pies van en puntitas y puedes doblar las rodillas.
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Desplante con estiramiento de pierna
Puedes pasar desde el perro boca abajo o empezar parado. Con una pierna adelante y la otra estirada atrás, baja en un desplante con las manos en el suelo, el pie queda alado de tu mano y la rodilla no rebasa la punta de los pies. Baja la cadera lo más posible (checa que estén cuadradas) y luego comienza a estirar la pierna, manteniendo la frente pegada a la rodilla.
Reverencia
Hincado con los glúteos sobre los talones, eleva los brazos con espalda estirada e inclínate hacia delante para descansar las manos y frente en el piso, estirando la espalda. Pasa un brazo por debajo del otro, mantén y luego cambia.
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Pinza
Sentado con las piernas estiradas, eleva los brazos, estira la espalda y comienza a bajar, llevando la frente hacia las rodillas. Mantén la espalda estirada, como si trataras de alcanzar tus pies.
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