La Ciudad de México es un ecosistema sonoro, una algarabía a 2,250 msnm –a veces más alta, a veces hundiéndose– donde el caos se convierte en música. También es una de las ciudades con más experiencias musicales en el planeta.
Desde los conciertos en plazas públicas hasta los conciertos de estadio en el Azteca o el Foro Sol, la cantidad de música que puedes encontrar en la ciudad es ilimitada y se adapta a gustos y géneros. Sin embargo, hay pocos lugares que superan las expectativas en cuanto a acústica se trata. No significa que en el resto de los lugares no se escuche bien, pero estos son los que realmente son top choice de los oídos más exigentes.
Bellas Artes
Tal vez la edificación más hermosa de toda la Ciudad de México. Su historia se remonta al centenario de la independencia de México y aunque hace casi una década se enfrentó a una polémica muy grande por la restauración e intervención del espacio –que algunos argumentan que dañó la acústica que tenía– hoy sigue siendo uno de los mejores lugares para disfrutar de la opera a nivel mundial.
Auditorio Nacional
El Auditorio Nacional es uno de los lugares más respetados de la ciudad, pues los conciertos implican una experiencia sonora sin importar en qué parte te encuentres. Al mismo tiempo, la tecnología de punta que mejora con el paso del tiempo dan paso a conciertos y transmisiones realmente impresionantes.
Por si fuera poco, cuenta con OMAN, el Órgano Monumental del Auditorio Nacional, que nació en Bellas Artes a principios del los años 30, pero que fue abandonado y rescatado con el paso del tiempo, hasta que finalmente en el año 2000 fue reinaugurado y hoy vale la pena visitar el auditorio sólo para escuchar este órgano de casi 50 toneladas con 15 mil 633 flautas.
Sala Nezahualcóyotl
Sin duda alguna la mejor experiencia sonora de la ciudad. Con una superficie de 9, 500 metros cuadrados, la sala permite que poco más de 2, 200 personas disfruten conciertos –sobre todo los de la Orquesta Filarmónica de la UNAM– con la mayor fidelidad posible gracias a la arquitectura de la sala, liderada por Christopher Jaffe hace más de 40 años.
Esta sala se ha convertido en el orgullo de la ciudad, pues aunque hay otras más famosas, como el Carneige Hall en Nueva York, la sala Nezahualcóyotl supera las expectativas de los teóricos y melómanos más críticos.
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