Frisson, que en nuestro idioma significa estremecimiento, es la reacción que el cuerpo tiene al escuchar una canción. Según un reciente estudio, realizado a 20 estudiantes, demostró que puede ser el ritmo, la melodía, la letra lo que te ponga “la piel de gallina”. De ese grupo fueron diez los que presentaron numerosas conexiones cerebrales en la corteza auditiva, lo que les permitía procesar de otra manera la música.
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Se dice que la corteza prefrontal es la región en donde se hace la planificación de ciertos comportamientos cognitivos. Por lo que es la que ayuda a interpretar el significado de una canción y lo procesa de manera emocional. Aunque se trata de una pequeña muestra y un fenómeno bastante difícil de investigar, lo cierto es que las personas que tienen escalofríos al escuchar una canción es porque tienen una razón que las involucra.
Nuestro cuerpo está preparado para recibir estímulos mediante sonidos, como notas altas o falsettos, que representan el llanto o lamento. Sin embargo, el cerebro lo reconoce y si llega como sorpresa, puede ser –neurológicamente– reacción placentera.
Así que la próxima vez que escuches esa canción que te pone la piel chinita, te preguntarás si es por la música, la letra o por qué te la dedicó tu crush.
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