En octubre de 1927, The Jazz Singer se convirtió en la primera película con audio en la historia y cambió las reglas para siempre. A partir de ese momento, las productoras crecieron mucho más, le dieron más espacio a actores que pudieran cantar (tanto que a veces la actuación no era crucial para la historia) y comenzaron una época de oro que duraría hasta la Segunda Guerra Mundial (y después de ella se reanudaría).
Clásicos como Over the Rainbow o La vie en Rose aún son canciones que puedes escuchar constantemente, piezas de historia que son más grandes que las películas en las que aparecen y que sirven para recordarnos que la música ha sido parte esencial del cine desde hace casi un siglo.