Parece una locura, comparar al K-pop con el punk, pero realmente tiene algo de sentido y obviamente va más allá del estilo musical. El punk tiene una fuerte ideología, está cimentada en la idea del DIY y por eso sus más grandes exponentes incluso son famosos por tocar mal y no seguir las reglas.
Bajo ese sentido, ambos géneros no podrían ser más distintos, pero el punk también es contestatario, rebelde, sinvergüenza y con una profunda idea de lo que es ser oposición. Bajo estos términos, el K-pop ha logrado algo monumental que haría que los punks de los 70 estuvieran orgullosos.
Así como en su época el punk alzó la voz contra la brutalidad policiaca y el sistema, ahora los fans del K-pop, entre los que se encuentran los seguidores de la banda BTS, y que se hacen llamar BTS Army, han hecho lo mismo.
Todo comenzó cuando BTS donó un millón de dólares a la causa de Black Lives Matter, algo que demuestra su compromiso con la equidad e igualdad, pero no fue todo, sus fans, al enterarse, decidieron equiparar la donación y entre ellos juntaron un millón de dólares más.
Después, ante los ataques racistas en redes sociales, decidieron inundar de contenido de k-pop los hashtags #AllLivesMatter, #BlueLivesMatter y más, que estaban siendo usados para denigrar al movimiento que busca justicia y equidad, por lo que si algún racista buscaba acreditación en esos hashtags, sólo iba a encontrar muy buen contenido de música coreana.
Los detractores pueden decir que donar a una causa o romper un hashtag es parte del activismo de sofá (aunque dos millones de dólares no pasan desapercibidos), pero en su último golpe como enemigos del odio, los fans de BTS y otras bandas de K-pop se movilizaron cuando escucharon que Trump comenzaría su rally de reelección en Tulsa, Oklahoma.
Los stans de K-pop comenzaron a apartar boletos gratuitos en línea y ante la demanda de éstos, Trump consideró esto un éxito y comenzó a tuitear que había más de un millón de personas que querían ir al evento. En el estadio sólo cabían cerca de 20 mil personas, por lo que mandó instalar pantallas gigantes afuera y organizó lo que él consideró un evento histórico, pero cuando el día llegó se dio cuenta que había sido víctima de un muy bien organizado grupo de adolescentes que corrieron la voz por TikTok, al final las fotos del evento muestran que ni siquiera el estadio se llenó.
El K-pop está dominando al mundo y las acciones de sus fans demuestran que tienen conciencia política y social que va más allá de las canciones color pastel y las elaboradas coreografías de sus estrellas favoritas.