La vida cotidiana es bastante compleja, por un lado nunca habíamos tenido tantas cosas que nos facilitaran la existencia –autos, comida de todas las temporadas a nuestra disposición, viajes internacionales, teléfonos y más–, y por otro, nunca habíamos sido tan infelices.
El bienestar no viene sólo de lo material, se necesitan muchas cosas, tangibles e intangibles, para realmente sentir que podemos ser felices. Lo que es peor, aprendemos que la felicidad es una meta, cuando en realidad es un camino, pues si buscamos lograr algo para ser felices el resto de nuestra vida, seremos miserables.
El escritor Robert Piper ha intentado encontrar ese camino a través de la felicidad por años, tanto que llegó a visitar a un monje budista para instruirse con alguien que realmente se puede considerar un experto en la materia. Estas son algunas cosas que aprendió durante ese tiempo.
Inténtalo tres veces
Las cosas que realmente queremos valen la pena por lo menos tres intentos. Un negocio parece una idea infalible y puede fallar sin precedentes, pero fallar una vez no es nada, siempre debemos levantarnos y buscar una nueva oportunidad, y si fallamos debemos intentarlo de nuevo.
Ten Paciencia
Cuando el monje citaba a Robert para una cena o una práctica, siempre lo hacía esperar. A veces eran 15 minutos, otras veces era incluso una hora y aunque Piper se desesperaba por eso, aprendió que a pesar de que en el mundo moderno valoramos demasiado el tiempo –y sobre todo el de otras personas– también tenemos muy poca tolerancia a la frustración.
Debemos intentar entender que el tiempo pasa sin importar lo que hagamos y que no tener todo inmediatamente, no es malo. Existen muchas cosas que puedes hacer durante el “tiempo muerto” para transformarte poco a poco.
Aprende de ti mismo
Aprender de alguien –y sobre todo de un monje budista– es mucho más que escucharlo y replicar lo que dijo. El método del monje era mucho más filosófico, pues en lugar de dar las respuestas, hacía que Piper las encontrara en su interior. Muchas de las preguntas sólo eran respondidas con más preguntas que sólo se respondían hasta que el aprendiz las encontraba después de un largo proceso de introspección y entendimiento.
Aprende a meditar
El cuerpo no lo es todo, nuestra mente debe nutrirse de igual manera. Meditar es una de las actividades primordiales de los monjes budistas y aunque nunca lograremos estar a su nivel, sí podemos intentar comprender la importancia de la meditación. No se trata de forzar aspectos religiosos, sino de reconocer que nuestra mente es más que un conjunto de neuronas haciendo sinápsis y que podemos trabajar con ella para sentirnos mucho mejor.
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