Personalizar un auto es algo con lo que muchos juegan. Tener las iniciales bordadas en los asientos o tapetes, darle un toque único al coche para crear pertenencia y más son cosas naturales, pero lo que Hervé Poulain hizo en 1975 fue más allá de eso.
Él pidió al artista plástico Alexander Calder que interviniera el auto que el piloto iba a correr en la famosa carrera de 24 horas de Le Mans. El resultado fue un colorido auto rojo, blanco y naranja que a través del movimiento (algo que Calder sabe muy bien por las piezas con las que trabaja) se crea una ilusión óptica.
Este BMW 3.0 CSL fue el inicio de una colaboración esencial para BMW. Desde entonces el arte se mezcla en sus diseños para crear piezas que ya no son usadas en pistas, sino para demostrar que la belleza de un auto va más allá de su lugar en la pista. Estas son las mejores “obras”.
Roy Lichtenstein
Este 320i Turbo fue pintado por el artista pop en 1977 y tiene sus característicos puntos que parecen salidos de un cómic de los años 50. Los colores verdes de distintas tonalidades le dan un sentido orgánico al auto, que parece hecho para moverse en ambientes naturales.
Andy Warhol
El icónico artista del siglo XX aceptó la comisión para intervenir un M1 de 1979. En busca de marcar la diferencia, Wahol no usó pintura convencional, o más bien, no la aplicó de la manera tradicional y dejó el esqueleto del auto desnudo para después pintar directamente sobre el metal y así generar una textura única para su auto.
Robert Rauschenberg
El 635 CSi de Rauschenberg, como todo lo que hace, es una obra maestra. Los detalles del auto parecen descuidados pero le dan ese aspecto de auto urbano que lleva abandonado mucho tiempo y que seguramente el artista estaba buscando. Mientras los laterales del auto pueden parecer murales de la calle, el cofre realmente es una pintura que pertenece a un lienzo y que podría ser exhibida en cualquier museo del mundo.
John Baldessari
Recientemente Baldessari, el gigante del arte moderno famoso por ponerle puntos a las caras en sus obras, fue comisionado para intervenir un M6 GTLM. El resultado se podía esperar –puntos de colores–, pero aún así no hay manera de describir la genialidad de Baldessari al ponerlos en lugares estratégicos y usar líneas en puntos centrales para dar sensación de movimiento.
Debe estar conectado para enviar un comentario.