Imagina un día normal en tu vida. Despiertas, te alistas para hacer ejercicio o para ir al trabajo o la escuela. Como se te hizo tarde, por esta ocasión no revisaste tu teléfono más que para ver la hora. Tal vez ha pasado una o dos horas desde que te despertaste y sientes que no has realizado ninguna actividad en el mundo digital, pero con solo mover tu smartphone de lugar y al usar un smartwatch, hay muchísimos datos acerca de ti que ya se han enviado a los centros de almacenamiento de datos donde las métricas se utilizan para muchas cosas.
Nos hemos acostumbrado a esta tecnología como a ninguna otra. Para muchos es una bendición poder ver sus métricas de sueño, saber el tiempo que estuvieron activos durante el día, los lugares a los que fueron y mucho más, pero todo esto viene a cambio de entregar nuestros datos a las empresas más grandes del mundo. ¿Harías lo mismo con tus pensamientos?
La I.A. se hizo mainstream en 2023, pero eso no implica que sea una nueva tecnología. Los experimentos con I.A. llevan años desarrollándose y precisamente hace poco se llegó a un nuevo momento histórico, en el que se logró traducir los pensamientos de una persona en lenguaje continuo de manera no intrusiva.
Investigadores de la Universidad de Texas en Austin usaron un scanner cerebral junto a un modelo de lenguaje con I.A. para entender los pensamientos de distintas personas que participaron en el experimento.Los tres sujetos que fueron usados para el experimento escucharon 16 horas de podcasts mientras usaban resonancia magnética funcional (fMRI) para que la I.A. pudiera crear un mapa que pudiera ayudar a entender cómo es que el cerebro de cada participante respondía al lenguaje.
Después ,los participantes tuvieron que imaginar una historia que la I.A. tradujo con cierto nivel de exactitud. Gracias al experimento pudieron descubrir que la tecnología pudo comunicar la historia general de partes de una película muda, lo que sugiere que no solo puede analizar pensamientos verbalizados, sino también ideas intangibles.
Esto puede ser crucial para ayudara personas que han perdido la habilidad de hablar, que han sufrido embolias, parálisis y mucho más. Sin embargo, al mismo tiempo levanta dudas sobre la manera en que esta tecnología puede ser usada de forma intrusiva a través de nuevos gadgets, ya sea por parte de una empresa o incluso por gobiernos autoritarios.
Nita Farahamy es una científica y abogada que ya ha puesto en marcha planes para proteger la privacidad de la gente de esos artefactos. Desde la redacción de guías éticas, hasta el que atinadamente critique a empresas como Meta de mentir cuando aseguran que no usarán los datos que sus gadgets recopilan, para después aceptar que lo habían estado haciendo, pagar una multa y seguir adelante.
Esta tecnología está en su infancia, pero también se está desarrollando más rápido de lo que podemos imaginar. Por una parte puede ayudarnos a mejorar la vida de millones de personas e incluso en muchos otros aspectos que no podemos imaginar todavía, pero por otra parte también se trata de un escenario donde la última barrera por nuestra privacidad (nuestra mente) puede estar apunto de romperse.
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