Como parte de la retrospectiva del reconocido cineasta, presentada en la Cineteca Nacional con el apoyo de Ambulante y el IMCINE, la Casa del Cine Mx nos recibió para realizar una entrevista con el célebre director de documentales y vídeos musicales, Julien Temple.
Eran los 70’s e Inglaterra vivía tiempos difíciles, donde las clases sociales estaban muy marcadas y la manifestación del espíritu anarquista estaba en su máxima expresión. Sex Pistols empezaba a sonar desde un garage en la difícil zona industrial, mientras que Julien era un estudiante de cine que vagaba por las calles en busca de experiencias para retratar.
¿Cuál fue el proceso para filmar los vídeos en vivo de Sex Pistols?
Nadie podía entrar con cámaras al lugar, entonces nos guardábamos las piezas entre las chamarras y demás, íbamos al baño y ahí las armábamos. En ocasiones terminábamos dando dinero para poder filmar a la banda. Una vez hecho eso, hubo dos formas de grabar la película, la primera era con cintas de media pulgada que resultaba sencillo pues en la bolsa te ponías la cinta e iba corriendo, eso lo hacía yo solo. La segunda era con cámara de 16mm e iba acompañado de un equipo que prácticamente eran mis fotógrafos, esa cámara la tomaba prestada por la noche pues había falsificado la llave del almacén de mi escuela, y en la mañana estaba de vuelta en su lugar. En cuanto al sonido, la verdad es que no prestas atención en ese momento, así que es pésimo.
Uno de los fotógrafos trabajó con los hermanos Coen y el otro ganó un oscar por Shakespeare in Love, pero en ese momento eran mis amigos y también estaban estudiando, así que nadie cobró ni un peso.
¿Cómo pasaste de filmar las presentaciones de Sex Pistols a dirigir videos?
Después de trabajar con los Sex Pistols nadie quería trabajar conmigo, me creían un loco así que estuve un tiempo sin trabajo aunque quería entrar a la industria de los videoclips. Judas Priest me buscó, aunque yo los tomo más como una banda cómica que como una banda de heavy metal, les hice un video. Cuando terminé The Great Rock and Roll Swindle, en Inglaterra debes proyectar tu film en alguna sala o teatro para que le den una especie de clasificación, realmente nadie va pero uno como director se ve obligado a ir para ver que todo esté bien. Estaba solo viendo mi película y sentí que alguien estaba sentado atrás de mí, eso me sorprendió, cuando terminó y se prendieron las luces, vi que era David Bowie. Ahí nos conocimos y me propuso trabajar con él, así fue como empezó todo.
David Bowie es una persona muy comprometida, se involucra en todo el proceso de producción del video. Es un artista fascinante y por eso me gusta trabajar con él.
¿Cómo captar la esencia de un ser humano como la de Joe Strummer?
Hacer la película de Joe Strummer fue muy difícil porque era un personaje muy especial y muy diferente a los demás de la escena del punk, además era un amigo muy cercano. El día que murió, estaba en una fiesta y cuando recibí la llamada de que había muerto, no podía creerlo pero me dirigí a su casa y aunque conocía perfectamente el camino, me perdí porque era una noticia muy fuerte y cuando lo vi en su sofá, fue muy triste. Tardé mucho en terminar de hacer esa película, quería retratar a mi amigo tal cual era, no hacerlo perfecto. La película terminó siendo una celebración de cuando alguien muere, de la manera más honesta y directa porque era mi amigo.
Hay que documentar la realidad. No todos los artistas son lo que creemos ver, son humanos buenos y malos. Pero retratar a un amigo resulta complicado.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que se encuentran documentando la escena musical?
Hay que tratar a los músicos como seres humanos, es lo que me pasó con Joe Strummer que así como era una figura también era un excelente ser humano. Más allá de idealizarlos y crear un personaje, hay que estar consciente de que son humanos con cosas buenas y malas, esa es la forma fascinante de conocerlos, cada uno tiene su personalidad, muchos de ellos no son buenas personas pero si no fueran así no harían la música que hacen.
Actualmente Julien se encuentra presentando Rio 50 Degrees: Carry on CaRIOca, un documental que retrata la vida de Rio de Janeiro y que marca la nueva hazaña del director: documentar las ciudades a partir de todo su contexto social donde el tiempo y el espacio, son cruciales en el desenvolvimiento de las personas y en la producción musical de la región. Y aunque confesó que se encuentra interesado en hacer un film sobre la Ciudad de México, por ahora está concentrado en la realización del retrato neoyorkino.