Cada presidente de Estados Unidos ha logrado dejar un legado al momento de despedirse. Ahora fue el turno de Barack Obama, un presidente que logró robar el corazón de muchos. Ya sea por su carisma con los niños o el eterno amor hacía su esposa, Michelle Obama. Pero algo que también siempre se recordará será su carro, ‘La Bestia’.
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Un Cadillac DTS Presidential, es una limusina blindad que acompaño a Obama a todas las ceremonias y sitios que visitó. Aunque Cadillac ya ha formado parte de los autos de diferentes presidentes, ‘La Bestia’ dio un giro radical. Esto se debe a que tiene un peso de ocho toneladas y una cabina aislada para evitar un ataque químico. No por nada tiene un precio de un millón y medio de dólares.
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Algunas de sus características son que se compone de acero, aluminio y titanio. Su carrocería es de un Cadillac One y mide 1.8 metros de alto. Además puedes alcanzar una velocidad de 100 km/hr.
Como ningún otro auto ‘La Bestia’ contaba con GPS, fax, computadora portátil y teléfono satelital. Además de un radio a control remoto, par que el presidente nunca se aburriera. Con estas amenidades, a Obama nunca le hizo falta nada al moverse de un lugar a otro.
Cuando se estaba dentro de este carro, la seguridad del presidente era lo más importante. Por ello tiene ventanas sólidas de 12 centímetros de grosor. Además resistía cualquier tipo de misil, desde granadas hasta bombas. Tiene cámaras de visión nocturna y un botón pánico por si era necesario en alguna ocasión. Pero también tenía un botiquín con sangre de Obama por si algún día llegaba a necesitarse.
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‘La Bestia’ es el carro presidencial que más ha dado de que hablar. Ya sea por su gran tamaño o por todas las características que posee. Así que con el adiós de Obama también se despide este carro que dio tanto.
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