Por Marianna Magos
Estudio Millesime fue el escenario perfecto para que José Cuervo llevara a cabo una exclusiva cata de trufas y tequila. Un original concepto para fusionar dos productos premium que vienen de la tierra para deleitar los paladares de los asistentes de esa noche.
Las trufas nacen cerca de las raíces de algunos árboles como la encina o el roble. Son hongos que evolucionan bajo tierra, a una profundidad entre 10 y 40 cm, cuando se presenta el clima adecuado para cada especie. Cuando las esporas están maduras, la trufa emite un olor concentrado cuyo objetivo es ser descubierto, y casa Montiele trajo las mejores a Estudio Millesimé.
Los pasos a seguir en la elaboración de los tequilas de serie limitada Reserva de la Familia y José Cuervo Platino (elaborado mediante el proceso “Esencia de agave” dan como resultado unos productos elegantes, con carácter y gran complejidad.
Ambas joyas de la gastronomía nacen de la tierra sucia como diamantes en bruto para ser pulidos y refinados, llegando a nuestros sentidos de forma maestra.
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