Más de mil veces hemos escuchado o leído “estos son tiempos sin precedentes” y sí, lo vemos porque es real. Aunque la humanidad ha vivido pandemias antes, nunca una como esta ni en este contexto. Lo más interesante es que, sin darnos cuenta, estamos siendo parte de un capítulo que las generaciones por venir estudiarán en sus libros de ciencia e historia.
El campo médico pasará las próximas décadas estudiando el coronavirus. Los historiadores aunque comienzan a poner esto en contexto, no comenzarán a estudiar activamente nuestros tiempos durante otros 30 años (más o menos). Y necesitarán nuestra ayuda. Las futuras generaciones que no vivieron este momento, necesitarán todo tipo de fuentes para estudiarlo.
Sí, ya se están creando documentos gubernamentales, transcripciones de conferencias de prensa, artículos de opinión periodística, estudios científicos y económicos. Pero, ¿qué hay de la vida personal? ¿quién se encargará de registrar lo que se vivió dentro de casa? Los historiadores necesitarán otras fuentes para poder comprender y aprender de nuestros tiempos. Así como esos memes de “no lo entenderías”.
Conforme pasa el tiempo, incluso en nuestras propias cabezas, hay muchas historias que se pierden en el pasado. Olvidamos detalles, emociones y sensaciones que fueron dominantes en ese momento y definieron nuestro comportamiento. ¡Hay que registrarlo! Las historias orales y los diarios personales serán herramientas vitales para llevar la comprensión más allá de los registros oficiales y periódicos viejos.
Los diarios personales pueden ser fuentes primarias vitales. Además, todos enfrentamos desafíos de salud mental en estos tiempos de ansiedad y está probado que escribir un diario puede ayudar a reducir la ansiedad, el estrés y los síntomas de la depresión. ¿Cómo vas a aportar a los relatos históricos?
Escribir también sirve para disminuir la sensación de soledad. Al final, cuando escribimos, escribimos para alguien más. Siempre con la idea de que alguien lo leerá en el futuro (aunque seamos nosotros mismos). Es una forma de relacionarnos con un mundo afuera del nuestro.