Por Valeria de la Rosa, Psicoanalista
Ilustraciones: Pedro Daniel González
De todos los escenarios que nos podíamos imaginar, posiblemente nunca contamos con estar encerrados 24/7 con nuestros roommies, hijos, pareja, familiares, etc. No es sino hasta ahora que nos damos cuenta de qué importante era nuestra rutina de salir de casa, cada quien hacer lo suyo y disfrutar el tiempo cuando nos reunimos.
Qué padres eran esos tiempos en los que te despertabas y te ibas a trabajar, regresabas y con mucho gusto platicabas con tu roomie, familiar o pareja… vivas con quien vivas, a estas alturas del partido quizá estés dimensionando lo que significa el exceso de convivencia. Sí, sí existe… es ese momento en el que ya consideras que el otro respira muy fuerte o que qué bárbaro cómo mastica. Y no, no hace mala persona a nadie.
Si de por sí cohabitar un espacio tiene sus retos, hacerlo en un momento de crisis en el que estamos preocupados y en la paranoia de salir de casa le suma cierto estrés.. Además en cuarenta convives o convives. Que no cunda el pánico, no necesitas cambiarte de casa en cuanto puedas salir. Lo normal es que se tensen las relaciones.. Recordemos que todos estamos realizando TODAS nuestras actividades bajo el mismo techo… quizá es momento de re-negociar y crear dinámicas nuevas que mantengan la salud de la convivencia y la paz bajo su techo.
Instaura un sistema “semáforo”
Utiliza los colores del semáforo para comunicar. Todos en la casa pueden colocar un color en la mañana según cómo se sientan:
Verde: ¡Todo bien!
Amarillo: Puedo convivir pero no esperes lo mejor de mí.
Rojo: Mírame y no me toques (o tal vez ni me mires).
Esto ayudará a recordar que: No es personal y que se vale no querer convivir.
Comunica tus necesidades
Aún no leemos mentes. Es importante que dejes a los demás saber que estás trabajo y no es tiempo de convivir… Ponte audífonos como señal o simplemente dilo. Si tú cohabitante no te acompaña a la oficina no tendría porqué empezarlo a hacer ahora.
Regálate espacios solo
¿Te acuerdas que hablamos aquí sobre cómo el silencio cura y aquí sobre cómo puedes hacerlo? Intenta asignar momentos que sean “tuyos” y permitirle esos momentos al otro. Alejarse por un rato (minutos u horas) harán que el reencuentro más tarde sea mucho más agradable y deseable.
Si quieres o necesitas acompañamiento o cualquier tipo de ayuda, escribe aquí.
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