Cada temporada de Pascua vemos el día en que se esconden huevos y a los niños que tienen que encontrarlos como en un juego de búsqueda del tesoro. Sobre todo en países como Estados Unidos y en Europa. A pesar de que esta tradición parecería mera creación de la mercadotecnia, tiene un fondo histórico y te lo explicamos.
Para los cristianos católicos, en el domingo de Pascua se decoran y se regalan huevos. Pero esta tradición comenzó porque quienes seguían la abstinencia de la Cuaresma, no podían comer productos animales como los huevos y los lácteos. Así que guardaban los huevos y los bañaban con un capa de cera líquida para mantenerlos frescos.
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Por lo que cuando acababa la Cuaresma, decoraban los huevos y los regalaban en las iglesias. Aunque el culto religioso cambió y ahora solo se prohíbe la carne, se quedó la costumbre de obsequiar los huevos el domingo de Pascua.
El significado de los huevos en distintas cultura es la vida. Por ello para los cristianos representan a Jesús que se abre a una vida nueva el domingo de resurección y eso es lo que celebran los niños al buscar los huevos de Pascua. En cuanto al conejo que supuestamente deja los huevos, es un mito que en el pasado una señora pintaba los huevos y los escondía de sus hijos en una madriguera y cuando los niños los encontraron, de la madriguera saltó un conejo.
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Por lo que hoy todavía sigue la tradición de decorar los huevos o buscar de chocolate para hacerlo más entretenido para los niños. Aunque quienes quieran conservar esos huevos decorados exquisitamente como obras de arte, lo que necesitan es un huevo de Fabergé.
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