House of the Dragon nos regresa a Westeros con  todo lo que amamos de Game of Thrones

House of the Dragon tal vez no era la serie más esperada de los últimos años, pero sí una de las más polémicas. La serie de Game of Thrones ha sido considerada la serie más grande en temas de producción, presupuesto y marcó un antes y después en el formato televisivo; ahora, su precuela, finalmente nos mostró lo que tiene para ofrecer y parece que busca enmendar algunos errores del pasado.

Tras años de éxito inaudito, los creadores de Game of Thrones lograron lo que nadie pensaba posible, hacer gran parte de sus fans hardcore, terminaran odiando la serie y llevándola a un olvido colectivo. Desde 2019 hasta hace algunos meses, lograron que un fenómeno de la cultura pop fuera olvidado colectivamente o simplemente sirviera de ejemplo sobre lo que no se tiene que hacer al hacer televisión.

Con el estreno de House of the Dragon, HBO convenció en una hora y cinco minutos a muchos de esos renegados a que volvieran a confiar en lo que tienen por contar. Y es que la serie tomó algunos de los mejores elementos que hicieron grande a parece tomar todo lo que hizo grande a Game of Thrones en sus primeras temporadas. Desde una producción inmaculada, escenas centradas en diálogos, escenas de acción crudas sin caer en lo innecesario y más.

La serie rápidamente se sitúa dos siglos atrás de los acontecimientos que vimos en GoT mostrando cómo los dragones eran parte de la vida cotidiana de King’s, así como el reino de la dinastía Targaryen. Aunque ya no se llama Game of Thrones, nuevamente es una serie que gira en torno a quién se sentará en el trono de hierro, pero esta vez enfocándose solamente en los Targaryen.

Es muy pronto para decirlo y de hecho algunas críticas han girado en torno a que los personajes no parecen memorables, pero tratándose del primer episodio es imposible cimentar esos argumentos. Matt Smith como Daemon y Milly Alcock como Rhaenyra Targaryen demostraron que pueden cargar con un show tan importante sin ningún problema, mientras que el resto del elenco tiene potencial para brillar con el avance de la serie.

Desde los primeros minutos se establecieron posibles tramas, desde la lucha por el trono de hierro, una insurrección que está iniciando y que puede salirse de control, hasta la profecía de un largo invierno. Este es el tipo de series que se disfruta al dar las recompensas a largo plazo, por lo que no podemos esperar que estos conflictos se resuelvan rápidamente (y por lo menos hay uno que sabemos que será importante hasta dentro de dos siglos), pero sin duda la televisión ha cambiado mucho desde el primer episodio de GoT en 2011 hasta este momento, por lo que el show parece haber sido actualizado en ese sentido y en ningún momento se siente tedioso.

HBO incluso ha llegado a declarar que esta vez las escenas sexuales no usarán la violencia contra la mujer para mover la trama. No descartan que haya escenas sexuales (algo que se confirmó en este episodio) pero tras el movimiento #MeToo y un cambio generacional, hay nuevas reglas en la industria y lo que en su momento fue impactante, ahora resulta de mal gusto.

House of the Dragon no es el intento de seguir la historia de GoT, se trata de un show que supo adaptarse a una nueva época y que, esperamos, aprendió de los errores del pasado. El primer episodio de la serie nos llevó de vuelta a Westeros y aunque muchos estábamos escépticos, logró convencernos de quedarnos ahí una vez más. Ahora sólo necesita cumplir su promesa y mantener la calidad del primer episodio durante el resto de la serie.