Vivimos una situación inimaginable. Cuando la influenza de 1918 se expandió por todo el mundo, la globalización era una tarea en camino, pero hoy que más que realidad es una normalidad, ha resultado imposible que el mundo simplemente se detenga. Ahí se encuentran los hoteles, que han buscado nuevas medidas para garantizar la seguridad de todos.
La industria hotelera ha sido una de las más afectadas, pues ellos sí tuvieron que frenar actividades por más de dos meses y esperar que la situación mejorara, sin embargo, eso no supone que no estuvieran preparándose para lo que seguía.
Durante ese tiempo aprendieron de los expertos, incluso llegaron a aliarse con ellos y al comprender que esto no pasaría en unos meses, se adaptaron a una nueva realidad en la que más allá del confort y la tranquilidad, el bienestar y la salud de todos son los nuevos pilares de la industria.
Hablar de seguridad y medidas preventivas parecen palabras vacías, hoy todos las usan al poner un dispensador de gel antibacterial y tomar la temperatura con una pistola que apuntan a la muñeca o el brazo (algo que esta industria también es culpable de hacer) pero estas son algunas otras cosas que han hecho para recibirte cuando estés listo para regresar.
Sarah Firshein del New York Times demostró el cambio drástico en el pensamiento de la industria hotelera con las primeras líneas de su reportaje sobre la reapertura de los hoteles en Estados Unidos:
“En febrero, las noticias del Wynn Las Vegas incluyeron planes para el Día de San Valentín (entre las ofertas: un “Menú de amantes para dos”) y el Día Nacional de la Margarita (cuatro nuevos cócteles). Qué diferencia hace una pandemia.
Tres meses después, el casino anunció una iniciativa mucho más sobria, el “Programa de salud y desinfección Wynn Las Vegas”. El memorando de 28 páginas establece cómo la propiedad de 2 700 habitaciones abordará la salud y la higiene cuando vuelva a abrir.
Adiós mezcal y barhopping; hola cámaras térmicas, límites de capacidad del elevador y protocolos de desinfección para la Chipper Champ, una máquina expendedora de fichas.
La mayoría de los grandes hoteles de cadena han buscado asociarse con especialistas en medicina, no sólo para asegurarte que siguen los protocolos, sino que hacen hasta lo imposible por procurar tu seguridad y la de sus empleados.
El Four Seasons de Nueva York, uno de los destinos más privilegiados para los viajeros a la Gran Manzana, se convirtió en un sitio en el que los first responders podían dormir gratis durante los primeros meses de la pandemia, por eso ahora cuenta con una alianza con la Universidad John Hopkins, mientras que Marriott ha creado un “consejo global de limpieza” en el que reciben asesoría de la Universidad de Cornell y la de Purdue.
Más allá de las plazas de desinfección y los sanitizantes que mientras más grandes se ven parecen más efectivos, es el constante trabajo de los empleados por desinfectar y limpiar cualquier sitio por el que se traslade un huésped, el que hace que los hoteles puedan reabrir de una manera más o menos segura. Recuerda que ellos hacen todo eso con cubrebocas y mascarilla, una tarea que no es nada sencilla.
Sin duda los máximos esfuerzos no son suficientes para garantizar al 100 % la seguridad de todos. Mientras no exista una vacuna disponible para la población mundial, el riesgo siempre existirá, pero después de meses de análisis y preparación, los hoteles están operando bajo una nueva realidad, ¿te animas a conocerla?