Hay días en los que nos levantamos cansados, estresados y tristes aparentemente sin razón alguna y siempre vienen a nuestra mente cuestionamientos para tratar de descifrar qué es lo que nos está pasando o simplemente buscar lógica alguna. ¿La respuesta? Urge apagar tu mente, necesitas centrar tu atención en ti.
Claro que está bien no estar bien, pero los desbordes emocionales seguidos o los cambios sociales repentinos son una señal de que algo no esta funcionando de manera correcta en nuestro cuerpo. Tanto hacemos que invertimos nuestro esfuerzo en ello, dejándonos de lado. Justificamos dolores, estrés y tristeza como rutina y silenciamos las alertas que emitimos. ¡Es momento de volver a tomar el control de nuestras vidas y liberarnos!
Detecta las señales
¿Alguna vez has hecho algo por autoanalizarte? Identifica la raíz del dolor, el enojo o la tristeza, reconócela y reflexiona tu sentir. Finalmente ¡actúa! Trabaja con esas emociones contenidas. Si más dolor mental acumulamos, mayor será el dolor físico transformado.
Comienza a sanar
Es importante conectar con nosotros mismos, respondernos todos esos cuestionamientos que no nos dejan en paz. Examinar cada posibilidad, sin dejar de lado lo que nos rodea. Empieza a tomar las mejores decisiones para llevar una vida más sana y feliz.
Aprende a conocerte
Escúchate. Identifica cada sentimiento antes de que logre hacerte daño. Deja de culpar a todos los alimentos y aprende a valorar las emociones. Cambia la relación que tiene con tu cuerpo y sanarás.
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