Por Karla Ángeles
¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que fuiste a un festival de música? La respuesta a esta pregunta fue de lo más comentado desde la entrada al Parque Bicentenario de la Ciudad de México. Y es que, evidentemente, se sabía que el 2022 sería el regreso de los eventos masivos y la visita de bandas internacionales a nuestro país era todo un hecho.
Veníamos de una muy grata racha de conciertos locales, pero los festivales de música “como antes” aún nos estaban haciendo esperar un poco más.
La pandemia generó un retraso de dos años para que la edición del Festival Ceremonia conociera tierras chilangas. Recordemos que los eventos anteriores se habían llevado a cabo en el Centro Dinámico Pegaso, muy cerca de Toluca, pero el gusto de los asistentes y la popularidad del mismo, hicieron que se mudara a una sede más centralizada y recibiera a todos cuantos quisieran disfrutar del sol y la conectividad de la Ciudad de México.
Bandas como Noah Pino Palo o Robot95, daban la bienvenida a los asistentes que poco a poco iban recordando cómo deambular entre personas bailando, disfrutando de algún drink o simplemente descansando en el pasto en lo que comenzaba su acto favorito.
Poco a poco iba bajando el sol y con ello los asistentes comenzaban a llegar en mayores cantidades. Podías ver cómo poco a poco las filas iban aumentando, la comida iba circulando y la buena vibra y el ánimo de continuar disfrutando de la noche se seguía manifestando.
Otro de los actos más visitados fue el de la argentina Nicki Nicole. Una prueba más de que la nueva generación de artistas jóvenes la están rompiendo apoyados de los medios digitales, el talento y una increíble actitud sobre el escenario. Éxitos como Sabe, Baby o Dangerous, su más reciente colaboración con Trueno (quien además es su pareja en la vida real) prendieron el escenario principal de Ceremonia. Así le dábamos la bienvenida a la noche.
Y claramente la escena musical latinoamericana cuenta con increíbles exponentes que van ganando terreno en el gusto internacional. Después de un año avasallador con el que todas nos sentimos “sorprendentes, curvilíneas y elocuentes”, Nathy Peluso llegó al Escenario Corona Agua Rifada para reclamar su lugar como la artista latina más popular del momento. Asombró a todos con su energía, su sensualidad y la seguridad de plantarse ante más de 50 mil personas que coreaban sus éxitos y aplaudían sus movimientos. De esta manera inauguraría, en tierras mexicanas, su tour Calambre 2022 que la mantendrá ocupada por lo menos hasta septiembre.
Se acercaba el momento de recibir al hijo prodigio de Madrid, el acto sorpresa que terminó por convencer a todos que esta edición del Festival Ceremonia sería inolvidable. C. Tangana regresaría por tercera ocasión a este festival pero dando cátedra de que el que persevera alcanza. En ediciones pasadas, 2016 y 2018 para ser exactos, había estado en los lugares más bajos del cartel. Ya para el 2022 se mantuvo en secreto su regreso y, con una gran fiesta en redes, se comunicó a los asistentes que sería uno de los tres actos principales y que podrían disfrutar de su tan sonado show “Sin cantar ni afinar” que actualmente recorre el mundo con éxito rotundo. Pudimos ver también en el escenario la participación de Ed Maverick con Párteme la cara y a Nathy Peluso con quien nos puso a bailar bachata al ritmo de Ateo.
Sin duda una noche mágica en la que Puchito recordó su primera vez en nuestro país y agradeció a sus fans mexicanos el apoyo y permanencia.
Y ya para cerrar la noche, con cambio de horario incluido, hubo tiempo para el reencuentro con el Wu-Tang Clan. Como todos sabemos, es Ceremonia el festival que más le ha apostado a las bandas y solistas representantes del hip-hop y el rap. Sin embargo, en esta ocasión se volaron la barda al lograr reunir en un escenario mexicano a uno de lo más grandes exponentes de este género a nivel mundial y quienes, a pesar de que han mostrado una actividad intermitente, siempre se han mantenido en el gusto del público que recuerda los años dorados del rap de Estados Unidos.
Sin duda, una noche mágica que nos devolvió las ganas de cantar frente a un escenario al aire libre, que nos reencontró con nuestros amigos y que nos confirmó que los festivales están de vuelta.
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