Por Regina Lázaro
Los autos clásicos suelen aumentar su precio con el pasar los años, pero sobretodo por mantener sus vestiduras y carrocería intactas, por lo que se vuelven el objeto más deseado de los coleccionistas y de aquéllos que puedan pagar una gran suma durante una subasta. Por su parte, el placer de la exclusividad es único y no resulta raro que en las subastas se hagan ofertas monetarias por importantes sumas de dinero con el afán de obtener el distintivo producto.
Hace unos días se realizó en California una distinguida subasta en donde el auto que atrapó la atención de los asistentes, fue el Ferrari 250 GTO. El atractivo del auto rojo fue tal que batió récords al ser subastado por $38, 115, 000 dólares, con lo que se posiciona como el auto más codiciado y costoso del mundo puesto en remate.
El auto que fuera lanzado en 1962, tiene sus vestiduras originales y tablero en piel, además de todos sus accesorios y motor en óptimas condiciones para ser usado por el suertudo que lo tenga guardado en su garage.