Al hablar de maridaje, lo más común es pensar en vinos. Lo de siempre: vino blanco para las carnes blancas y vino tinto para las carnes rojas. Pero la realidad es que es un mundo tan amplio, que un buen maridaje se puede lograr con prácticamente cualquier espirituoso, como el tequila. Sí, va a ser un poco complicado, pero nunca imposible. Y tenlo por seguro, resultará en una gran experiencia sensorial.
Para comprobarlo, fuimos a comer con Ana Paula Ayala (@peppermintpauli) y Memo Martínez (@memocapital) a La Cantina de El Palacio de Hierro Polanco, donde Jesús Diez, enólogo experto representante de Tequila 1800, nos guió sobre este tema. Para ello, el chef Guillermo Martínez diseñó un menú de cuatro tiempos para complementar la variedad de sabores de la línea 1800: Cristalino, Blanco, Añejo y Reposado.
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Comenzamos con una copa de 1800 Cristalino para abrir apetito. Jesús hizo un gran énfasis en que un maridaje con tequila se descubren otras facetas de este licor que no aparecen al disfrutarlo por sí solo. La clave es cerrar los ojos y realmente dejarse envolver por los olores, gusto y retrogusto.
El primer platillo fue un tlacoyo con escamoles, que se maridó con un Tequila 1800 Blanco. El tono salado de los escamoles fue el complemento perfecto para la fuerte personalidad del 1800 Blanco.
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Después continuamos con un par de taquitos de tuétano, un manjar cuyo sabor se potencializó gracias a las elegantes notas del Tequila 1800 Añejo.
El siguiente tiempo fue muy interesante, pues Ana Paula prefirió un filete de res y Memo una lubina con arroz negro. Ambos platillos, aunque muy diferentes, fueron acompañados con Tequila 1800 Añejo, para que cada quien descubriera una personalidad diferente del mismo tequila.
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Lo más curioso fue que Jesús nos decía “prueben su platillo con los demás tequilas, van a ver cómo les cambia la percepción incluso de lo que están comiendo, ya que cada uno expone sabores diferentes“.
Para terminar con broche de oro, en el postre pudimos disfrutar de un flan de queso con frutos secos, dátiles y ciruelas. “Elijan el tequila que mejor le vaya, de acuerdo a su gusto“, comentó Jesús, “ya conocen el sabor de cada uno y con qué va bien… Les toca elegir“. Después de degustar un bocado con cada variedad de 1800, Ana Paula y Memo acordaron que el mejor maridaje era con 1800 Cristalino, gracias a su versatilidad y suavidad, resultado de una doble destilación y un añejamiento de cuatro meses en barrica de Oporto importadas de Portugal.
Durante la sobremesa pudimos platicar más acerca de cómo evolucionó el maridaje, ya que al principio era un terreno completamente desconocido, y al finalizar ya podíamos percibir e identificar mejor las notas de cada uno de los tequilas para acompañar mejor cada platillo.
“Hay un 1800 para todos los gustos” nos explicó Jesús. El Cristalino, en especial, después de dos años de haber salido al mercado ahora ya es el segundo favorito de la línea entre los mexicanos. Lo cual no es una sorpresa, pues es la evolución del mejor añejo del mundo y ganador del premio Diosa Mayahuel 2016, uno de los concursos mexicanos más importantes de la industria de bebidas.
Agradecemos a Ana Paula y Memo por acompañarnos en esta experiencia, a Jesús Diez por todos sus consejos, a La Cantina por su excepcional servicio y por supuesto, a Tequila 1800 por dejarnos descubrir sus sabores como nunca antes nos los imaginamos.
Para más información visita la página de Facebook y el Instagram de Tequila 1800.
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