Tres lobos blancos super cute llamados Romulus, Remus y Khaleesi fueron “renacidos” el 1 de octubre de 2024 gracias a un proceso de ingeniería genética al que están llamando desextinción y que hasta hace poco parecía sacado de una película (ajem, Jurassic Park).
El objetivo: traer de vuelta al Dire Wolf (Aenocyon dirus), una especie que se extinguió hace más de 10 mil años. Después de siglos de solo imaginarlo a través de fósiles, hoy, estos lobitos de la prehistoria ya no son fósiles: ahora respiran, caminan y aúllan.

Avances científicos y cultura pop que se complementan
Este proyecto se dio gracias al trabajo de Colossal Biosciences, una empresa que ha llevado la biotecnología a otros niveles. A través de ADN extraído de fósiles, los científicos lograron modificar el código genético de un lobo gris moderno para recrear las características del Dire Wolf.
El resultado fue el nacimiento de tres cachorritos que, por si fuera poco, dos de ellos posaron para una sesión de fotos en el Trono de Hierro gracias a la colaboración del director Peter Jackson y con el respaldo cultural y financiero de George R. R. Martin, autor de Game of Thrones y también inversor en el proyecto.
La desextinción ya es una realidad
Este caso no es aislado. Es parte de un movimiento que ya tiene nombre: desextinción. Y sí, suena a locura, pero es un tema cada vez más presente en los laboratorios de biotecnología más avanzados del mundo. Entre las especies que podrían volver a existir están el mamut lanudo, el dodo y el tilacino (también conocido como el tigre de Tasmania). Lo que antes parecía un experimento imposible hoy es una propuesta seria respaldada por millones de dólares en inversión, años de investigación y una tecnología genética que avanza cada vez más rápido.

Pero no todos en la comunidad científica están de acuerdo con llamar a esto “desextinción” literal. De acuerdo con el paleogenetista Dr. Nic Rawlence, de la Universidad de Otago, el ADN de lobos terribles extraído de restos fósiles está demasiado degradado como para copiarse o clonarse. “El ADN antiguo es como si metieras ADN fresco a un horno a 500 grados durante toda la noche”, explicó a BBC News: “Lo que queda son fragmentos: polvo y astillas. Puedes reconstruirlo, pero no es suficiente para hacer algo funcional”.
Lo que Colossal Biosciences ha hecho, según Rawlence, es usar biología sintética: identificar segmentos clave del ADN antiguo y editarlos en el genoma de un animal vivo, en este caso un lobo gris. El resultado, entonces, no es un dire wolf como tal, sino un híbrido genético con algunas de sus características: un cráneo más grande, pelaje blanco y ciertas estructuras físicas que lo asemejan a su pariente extinto.
Desde Colossal, la bióloga Dra. Beth Shapiro —parte del equipo detrás del proyecto— argumenta que esto sí representa un acto de desextinción, ya que implica recrear un animal con los mismos rasgos visibles. “El lobo gris es el pariente vivo más cercano al dire wolf. Editamos las secuencias que corresponden a los rasgos del dire wolf, clonamos esas células, y eso fue lo que dio origen a Romulus y Remus”.
Aun así, Rawlence subraya que los dire wolves se separaron genéticamente de los lobos grises hace entre 2.5 y 6 millones de años, pertenecen incluso a un género distinto, y que de los 19 mil genes analizados, Colossal editó solo 20 en 14 genes específicos para obtener este resultado. La pregunta, entonces, es tan científica como filosófica: ¿revivir una especie significa clonar su ADN exacto, o basta con recrear su presencia, funciones y características en un nuevo cuerpo híbrido?
Más que espectáculo: una propuesta ecológica
Detrás de estos proyectos hay algo mucho más profundo que el factor espectáculo: la posibilidad de restaurar ecosistemas, combatir el cambio climático y repensar el papel de la humanidad en la conservación. La ciencia ya no solo busca preservar lo que queda, sino también recuperar lo que se perdió.
Sin embargo, algunos científicos han apuntado que realmente no se trata de “desextinción”, ya que el ADN tan antiguo como el del Dire Wolf no es tan fácil de manipular, y más bien se trata de lobos grises con algunas características de los lobos extintos.
¿Quién está haciendo todo estos avances científicos posible?
Colossal Biosciences, con sede en Texas, es hoy la empresa más visible en este terreno. En 2023 levantaron más de 225 millones de dólares en inversión privada y tienen en la mira múltiples especies para futuras fases de reintroducción en la naturaleza.
Revive & Restore, con sede en California, ha logrado clonar con éxito al hurón de patas negras, una especie en peligro de extinción, y busca aplicar esa tecnología en otros casos como el del dodo. En 2024, lograron que uno de sus clones se reprodujera por primera vez, marcando un hito en conservación genética.
The Lazarus Project, desde la Universidad de Newcastle en Australia, fue pionero en la desextinción de una rana extinta y ha mostrado interés en aplicar ese conocimiento para revivir al tilacino, aunque el proyecto aún está en fase temprana.
Harvard Medical School, con el genetista George Church al frente, continúa desarrollando herramientas avanzadas de edición genética con CRISPR, que podrían ser clave en futuros esfuerzos de desextinción y restauración genética a gran escala.

Tiempo, dinero y precisión con estos avances científicos
Los proyectos de desextinción toman tiempo. Cada especie implica entre cuatro y diez años de trabajo, desde la secuenciación del genoma hasta la gestación en especies sustitutas. No es magia, es ciencia. Y aunque la imagen de un cachorro prehistórico nos provoque ternura o asombro, las preguntas que se abren son mucho más grandes.
Una línea del tiempo para ver cómo llegamos aquí
- 2003: un equipo en España clona por primera vez un animal extinto: el bucardo (una subespecie de cabra montés). El clon solo vive unos minutos, pero es el primer intento documentado de desextinción.
- 2012: nace Revive & Restore, una organización que busca aplicar la biotecnología a la conservación de especies. Su enfoque inicial incluye el dodo, el mamut y el hurón de patas negras.
- 2013: The Lazarus Project, desde la Universidad de Newcastle, revive parcialmente una especie extinta de rana (Rheobatrachus silus) mediante clonación de células conservadas. Aunque los embriones no sobreviven, es el primer caso de reactivación de una especie extinta en un laboratorio.
- 2015: George Church, genetista de Harvard, anuncia un ambicioso plan para revivir al mamut lanudo utilizando edición genética con tecnología CRISPR, combinando genes de elefante asiático y mamut.
- 2020: Revive & Restore inicia el primer intento de clonación de un hurón de patas negras. Nace Elizabeth Ann, el primer clon viable de esta especie en peligro de extinción.
- 2021: se funda Colossal Biosciences, con George Church como cofundador. La empresa se convierte en un símbolo de la nueva era de la desextinción, anunciando oficialmente su intención de revivir al mamut lanudo y otras especies extintas.
- 2023: Colossal levanta más de 225 millones de dólares en inversión. Entre sus próximos objetivos: el dodo, el tilacino y el dire wolf.
- 2024: nacen Romulus y Remus, los primeros cachorros de dire wolf modificados genéticamente. El proyecto es un parteaguas científico y mediático: mezcla ciencia, storytelling y cultura pop.
- 2024 (mayo): Revive & Restore anuncia el nacimiento de Antonia y Noreen, dos nuevos clones de hurón de patas negras.
- 2024 (junio): Antonia, clon de hurón de patas negras, da a luz a dos crías sanas: Sibert y Red Cloud. Es la primera vez que un clon de especie en peligro logra reproducirse con éxito, marcando un nuevo capítulo en la conservación genética.
La desextinción y estos avances científicos plantea preguntas difíciles, pero también abre la puerta a soluciones radicales frente a un planeta en crisis. Lo que antes solo cabía en la ciencia ficción ahora es parte de nuestra historia.
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